Derecho
El Prejuicio de un Gran Historiador
Capítulo IV del libro Cuestiones Históricas Guadalupanas, del historiador
D. José Bravo Ugarte, Editorial JUS, colección "México Heroico", 2a.
Edición, 1966.
Tomado de www.luxdomini.com
Sección de Investigación Documentalsobre la Virgen de Guadalupe
Los textos de la Carta de Joaquín García Icazbalceta se
resaltan en LETRAS CURSIVAS Y ROJAS.
Dolorosamente se fijó en el alma de aquel gran historiador y excelente
católico, don Joaquín García Icazbalceta, la convicción de que no había
habido aparición alguna de la Virgen de Guadalupe.
“En mi juventud”-nos dice-“creí, como todos los mexicanos, en la verdad
del milagro: no recuerdo de dónde me vinieron las dudas, y para
quitármelas acudí a las apologías; éstas convirtieron mis dudas en certeza
de la falsedad del hecho… De todo corazón quisiera yo que un milagro tan
honorífico para nuestra patria fuese cierto, pero no lo encuentro así”.
Ello le produjo graves pesares,no sólo por lo que significaba para él
personalmente en lo íntimo, sino por los resultados que al manifestarse al
exterior producía, quitando la devoción a la Virgen de Guadalupe, que él
“a nadie querría quitar”, ya por los ataques de que él mismo fue objeto.
De ahí, que aún su magistral Biografía de Don Fray Juan de Zumárraga
(México, 1881) haya sido para él“un libro desgraciado”.
“Llamé desgraciado al libro”-le escribe al Dr. Nicolás León a 28 de marzo
de 1890- “porque, habiéndolo yo hecho en defensa del prelado y en honor de
la Iglesia, me lo recibieron mal por haber callado aquello, y luego me
acusaron de hereje al prelado, de modo que obtuve el fin contrario que me
proponía”. La herida fue honda y le decidióa no publicar ya otros libros
semejantes: “Escarmentado con el éxito del Zumárraga, que contristó a los
prelados, no me expondré a contristarlos otra vez, y he dado resueltamente
punto a toda publicación del carácter de las anteriores, aunque me queda
todavía excelente material, como los Memoriales de Motolinía, el Informe
del Sr. Montúfar, las Estadísticasdel Siglo XVI que tengo ya copiadas, y
por último el Estudio Histórico que no concluí” (Al Dr. León, 24 de mayo,
1893). Tenía también la firme resolución de no escribir jamás una línea
tocante a este asunto (de las Apariciones), del cual había huido
cuidadosamente en todos sus escritos.
Más he aquí que el Sr. Arzobispo Labastida le mandó que le diese suopinión acerca de un manuscrito en que se trataba de “la verdad sobre la
aparición de la Virgen del Tepeyac y sobre su pintura en la capa de Juan
Diego”, y se vio obligado a exponer lealmente todo su sentir de
historiador en este punto. Tal fue el origen de su famosa Carta acerca del
origen de la Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe de México, muchas vecesimpresa -la primera en latín y fraudulentamente (México, 1888)- y siempre
reeditada por los protestantes cuando hay alguna gran festividad
guadalupana.
"Su original estaba todo escrito de puño del mismo autor, cuya letra me
era ya perfectamente conocida”, dice don Jesús Galindo y Villa, que la
leyó por primera vez en 1889, antes de las primeras edicionescastellanas
de 1893 y 1896. “Es rigurosamente auténtica”, dice por su parte don José
Ma. De Agreda y Sánchez, el cual añade: “llegó en tres ocasiones distintas
el Sr. García Icazbalceta a enseñarme algunos datos que, según sus propias
palabras, “se le habían quedado en el tintero” y a indicarme en qué parte
del manuscrito se habían de incluir: aún...
Regístrate para leer el documento completo.