derecho

Las políticas de corte anglosajón que a lo largo del decenio anterior se han ido desarrollando tanto en el Reino Unido como en los Países Bajos se expanden, durante la década de los 90, por toda Europa. Mediante tal expansión, las políticas de prevención de la criminalidad se transformarán en políticas de seguridad, enfocadas a reducir el sentimiento de inseguridad de la población. Dichaspolíticas tratan de responsabilizar al ciudadano de su propia seguridad.
En España, todas las políticas y entre ellas las de seguridad, presentan unos rasgos diferenciales propios, debido a la existencia de largas dictaduras. Tras la dictadura, en la década de los 80, hubo que hacer un gran esfuerzo para ponerse "a hora europea". Por ello cabe hablar de elementos que fueron nuevos en el caso español.Como por ejemplo el desarrollo de una cultura democrática, la reforma de las estructuras y poderes del estado, la incorporación de nuevos actores sociales o la presencia en los foros internacionales.
A lo largo de este período, en el ámbito europeo, se profundizó la crisis del estado de bienestar y la construcción de un espacio policial común en el seno de la Unión Europea. El gran perdedor fueronlas políticas públicas de seguridad no impositivas (las participativas, de corte preventivo y social) que sufrieron grandes tensiones a nivel estatal debido a la descoordinación y al modo en que se llevó a cabo la descentralización. El intento de desarrollo autonómico y municipal de políticas asistenciales quedó muy por debajo de las expectativas, debido a un exceso de voluntarismo no siempreeficaz y por falta de resursos.
La década de los ochenta se caracterizó por una asunción por parte de las administraciones local y autonómica, mayores competencias e el campo de la protección social que en materias relacionadas con la seguridad. Ello provocó que las políticas sociales no estuvieras coordinadas a nivel estatal y que no articularan mecanismos de conexión con el ámbito de seguridad quehabía quedado mayormente concentrado en manos del poder central. En definitiva, esta década se caracteriza por la andadura separada de las políticas sociales y de las políticas de seguridad.
En este marco, se suman las tendencias europeas hacia modelos represivos de ley y orden, con lo cual no es de extrañar que las políticas de seguridad tuvieran un mayor y más coherente desarrollo en el áreapolicial que en el de las prestaciones sociales. Por otro lado, la justicia estaba inmersa en su propio proceso de reestructuración y democratización.
En síntesis, el diseño de las políticas de seguridad requería algo más que la definición del modelo policial y la promulgación de leyes represivas. La identificación de las necesidades y las demandas ciudadanas se había convertido en un elementofundamental para la articulación de las políticas de seguridad, y eso obtuvo una escasa respuesta. Se generó una cierta conciencia de la necesidad de la existencia de un ámbito de seguridad compartido. Esta nueva situación hizo que se percibiera políticamente la importancia de coordinación de las políticas de seguridad, dentro del sistema penal como entre los diferentes sectores de la administraciónpública, pero las dificultades reales y las reticencias políticas y corporativas mantuvieron el problema soterrado y silenciado.
En conclusión, el problema en España consiste en que a partir de un modelo axial "el sistema español de policy making" está claramente situado en el sector reactivo del primer eje, son excepcionales o poco frecuentes los casos en que la situación de los poderespúblicos se plantea anticipar problemas o prevenir futuras complicaciones. En general, existe una mayor tendencia a negociar las políticas a aplicar que a imponerlas. En materia de seguridad, el factor de reacción sigue estando del lado de la policía. El elemento poblemático aparece con la segunda parte de la ecuación, la tendencia a negociar, que requiere el uso de un instrumental y de unos métodos...