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El cristianismo se sirve solo. O se vive como es o no es cristianismo
Autor: Arturo Guerra | Fuente: Catholic.net
Ciertamente una hamburguesa sabe mejor conmostaza, ketchup y alguna salsa recién inventada. Una tarta con relleno de chocolate o mermelada o grageas multicolores es más atractiva. Un café con azúcar y unas gotas de leche se agradece.
Es muyprobable que a la mayoría de nosotros, de pequeños, no nos gustaban los filetes de hígado cuando a mamá se le ocurría la feliz idea: "Hoy comemos hígado y todos nos lo tendremos que comer". Conozco auna persona que a sus muchos años, todavía, no puede ver el hígado. Ahora simplemente no lo come. Pero de niño tuvo que hacerlo por decreto maternal. Más le valía. ¿Cómo lo lograba? Primero agotabalos recursos más tradicionales: dárselo al perro a escondidas, dejarlo debajo de la mesa, trasladarlo de trozo en trozo al plato del hermano más cercano... Pero todas estas técnicas eran rápidamentedesactivadas por su eficaz madre. Así que tenía que enfrentarse con el problema. Solución: muy sencillo, gracias a su afición a la mostaza, untaba medio tarro de esta sustancia sobre el filete. Asíconseguía neutralizar aproximadamente un 85% de aquel horrible sabor hepático.
Pero todas estas técnicas de aliñamiento, más o menos válidas en el campo culinario, fallan cuando queremos aplicarlas alcristianismo. Una hamburguesa con mostaza sabe mejor, pero cristianismo con mostaza deja de ser cristianismo. Lo mismo si le untas nocilla o le agregas leche desnatada.
El Evangelio te pide amar aDios sobre todas las cosas. "Bien. Sí. Sobre todas las cosas menos sobre mi juguete preferido". O sea, cristianismo con ketchup.
El Evangelio te pide tomar la cruz. "Bien, de acuerdo, pero pásame unbuen cojín para el hombro, contrátame tres ayudantes fieles para que la carguen por mí, y que la cruz sea de la madera más ligera del mercado". O sea, cristianismo con azúcar.
El Evangelio te...
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