Derecho
Alemania 1759-1805
Poema
La partición de la tierra
-¡Tomad la tierra! -desde su alto asiento
dijo a los hombres quien pobló el vacío-.-Para cumplir mi soberano intento
habedla en fraternal compartimiento,
que os la doy como herencia y señorío.
Ya más correr, por acudir primero,
cada mortal alllamamiento vino,
y cuanto pudo sometió a su fuero:
los frutos de la tierra, el campesino;
la selva, do cazara el caballero.
Colma la troj el mercader y el arca;
seadueña el monje del viñedo umbrío:
¡y, ya fuerte sintiéndose el monarca
sendas y puentes con barreras marca
diciendo; -¡El diezmo! porque el diezmo es mío.
Añosdespués, cuando por fin completa
la irrevocable partición quedaba,
de remoto confín llegó el poeta.
¡Ay! Todo campo deslindado estaba,
y toda cosa a su señorsujeta.
-¡Tarde y en vano mi poción exijo!
¡¿Y así, el más fiel en mísero abandono
dejando, ¡oh Dios! desheredaste al hijo?
Tal del señor postrándose ante el trono,
elpobre vate entre sollozos dijo.
-Si absorto en la región de las quimeras,
-contesta Dios- te retardaste, iluso,
no en balde llores ni acusarme quieras:
¿doestabas tú, que confundirme esperas?
-¿Dónde? ¡A tu lado! -el soñador repuso.
Mi vista apacentaba en tu hermosura;
del cielo en los acentos, mis oídos;
si lo terrenodesdeñé en la altura,
fue que tu gloria, que sin par fulgura,
¡me embargaba la mente y los sentidos!
Y Dios: -¿Qué hacer? Sobre la tierra nada
me resta ya con quécolmar tu anhelo;
ajeno el bosque, la heredad cercana...
Vente conmigo, si te place, al cielo,
¡que desde hoy libre te daré la entrada!
Versión de José Joaquín .
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