derechos humanos
Entre las cenizas
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Historias de vida en tiempos de muerte
Este libro puede serdescargado gratuitamente en www.surplusediciones.org
y www.periodistasdeapie.org.mx/libros/
©2012, de la coordinación de este libro Marcela Turati, Daniela Rea.
© 2012, de los textos Alberto Nájar, Daniela Pastrana, Daniela Rea Gómez,
Elia Baltazar, John Gibler, Luis Guillermo Hernández, Lydiette Carrión,
Marcela Turati, Thelma Gómez Durán, Vanessa Job.
©2012, del prólogo Cristina RiveraGarza.
©2012, de la edición, sur+ ediciones.
Cuidado de la edición: Patricia Salinas
Diseño de portada: Gabriela Díaz
Diseño de interiores: Pablo Rojas
Corrección: Juan Nivardy Carrillo Rodríguez y Patricia Salinas
Formación: Andrea Beltrán Arruti
Elia Baltazar • Lydiette Carrión • Thelma Gómez Durán
John Gibler • Luis Guillermo Hernández • Vanessa Job
Alberto Nájar • Daniela Pastrana •Daniela Rea Gómez
Marcela Turati
Prólogo de Cristina Rivera Garza
Galeras: Gabriel Elías
sur+ ediciones
Porfirio Díaz 1105
Col. Figueroa 68070
Oaxaca de Juárez
Oaxaca
ISBN: 978-607-8147-11-3
Hecho e impreso en México
www.surplusediciones.org
sur+ ediciones • oaxaca
Nota de las editoras
Al principio: el horror. La llamada guerra contra el crimen
organizado declarada por elpresidente Felipe Calderón
comenzó a ahogarnos desde el inicio del sexenio. Los periódicos se convirtieron en contadores de muertos y nosotros, los
periodistas, en corresponsales de guerra en nuestra tierra. En
las redacciones se hablaba de “narcos” y “capos”, y el lenguaje
“estilizado” del asesinato llegó para quedarse: “los enlonados”,
“los entripados”, “los encajuelados”, “losencobijados”, “los
disueltos”, “las narcofosas”, “las narcomantas”, y su máxima
expresión, “el ejecutómetro”.
El horror se volvió una condición del país. Muertos, desaparecidos, masacres, huérfanos, viudas, desplazados, fosas comunes,
cuerpos discapacitados por las heridas, seres inhabilitados por
el odio, ciudades rotas, abandonadas. De ahí partimos. De
un sexenio con permiso de matar, donde la vidaperdió su valor,
donde los muertos cotidianos eran culpables de su muerte.
7
En ese extraño, nebuloso campo de batalla, varios periodistas nos sentimos retados a escapar del horror, o por lo
menos a no quedarnos paralizados ante él. A combatir, con
investigación, datos, análisis y testimonios, el anonimato
oficial de las víctimas. A recoger las historias de familiares,
sobrevivientes ytestigos que describían una realidad distinta
a la narrada por los hacedores de la guerra en sus mantas o
en sus boletines oficiales. Sentíamos esa urgencia de gritar
que detrás de cada una de las noticias sobre los asesinatos,
quedaban víctimas heridas y silenciadas que necesitaban solidaridad, ser escuchadas, atendidas.
Cuando nos sacudimos del aturdimiento inicial varios de
nosotrosescribimos crónicas o participamos en libros donde
documentamos los impactos de la violencia en la sociedad.
En las charlas y presentaciones de nuestro trabajo abundaba
el dolor. Pero también entre el público surgía una inquietud:
¿qué podemos hacer? La pregunta no dejaba de resonar.
Entre periodistas nos cuestionábamos si podíamos escribir
sobre la violencia sin abonar a la parálisis, a ladesesperanza
de la gente. Y cuáles son las historias de vida ocultas entre
la muerte, cuáles las que más urge contar. Ante estas incertidumbres se abrió paso una respuesta: las que dan aliento.
Era verdad.
Este libro nace como un esfuerzo de ensayar o tal vez de
construir un periodismo de esperanza, de exploración de lo
posible, de construcción de paz. Un periodismo que provoque la indignación e...
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