Derechos humanos

Ensayo: La Violencia y los Derechos Humanos en El Salvador
(Reflexión libre en base al capítulo II y III del Libro: Cultura y Ética de la Violencia en El Salvador 1880 – 1930)
La presente situación de violencia generalizada que viven los países centroamericanos, y en particular El Salvador, nos lleva en repetidas ocasiones a preguntarnos por las razones de tantos vejámenes que constantementeun sin número de salvadoreñas y salvadoreños tienen que vivir. La violencia social e institucional pareciera convertirse en “el pan de de cada día”.
No es nada raro que al sintonizar un noticiero, escuchar o leer noticias, nos topemos con situaciones límites que han desencadenado finales tortuosos y cargados de mucha saña y violencia, llegando al límite de considerar estos como totalmente normaly más aun encontrar razones que justifiquen los hechos violentos.
Sin embargo, esta situación de violencia no es nada nueva, a lo largo de la historia salvadoreña podemos ubicar periodos de tiempo en los que, ya sea de manera sutil o con clara evidencia, la violencia ha estado presente y determinada por los mecanismos de convivencia social generados para favorecer a una minoría poderosa.
Elperiodo de tiempo que Patricia Alvarenga expone en su libro, nos ubican a finales de del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX; así, podemos ir descubriendo cómo la violencia que vive el país es parte de un ciclo claramente marcado por una desigualdad social, económica y por qué no decirlo de género.
Es interesante notar que en la descripción que Patricia Alvarenga expresa (cap. II yIII), se hace tan evidente la constante violación a los derechos fundamentales de las personas y la flagrante desigualdad entre “ricos hacendados”, “peones trabajadores” e incluso “capataces (igualmente campesinos); Pero ¿Era evidente en ese tiempo la violación de derechos humanos? ¿El estado era capaz de perseguir o tan siquiera denunciar los mal tratos a los cuales los trabajadores ytrabajadoras eran sometidos? El propio campesinado: ¿Era consciente de cómo las actuaciones de algunos de sus mismos compañeros violentaba grandemente sus derechos? Quizás estaría aventurando subjetivamente al tratar de responder a estas preguntas, pero de alguna manera, pueden surgir “reflexiones validas” entresacadas de lo que la autora describe.
Para comenzar queda bastante claro que los modos deproducción y las relaciones sociales fueron marcando su pauta a partir de las necesidades y ambiciones de los terratenientes, junto a la complicidad de un Estado débil y mediocre en una mediación que favoreciera consensos en situaciones conflictivas. Igualmente, la confabulación de algunos campesinos que recibían “ciertos privilegios” a cambio de mantener vigilados y a “raya” a los trabajadores ytrabajadoras de las haciendas.
Las actuaciones represoras por parte de capataces, hacendados, policía montada y guardia nacional, en lugar de proveer seguridad y orden se convirtieron en detonantes de mayor violencia y transgresiones paulatinas por parte de los y las trabajadoras, es decir, un desencadenamiento de violencia y de violaciones constantes a la básica y elemental condición dedignidad de las personas. Podría aventurar a decir que la ambición de poder, el enriquecimiento de unos en detrimento de otros, el sentido de superioridad de raza, género o condición social, la búsqueda de privilegios, así como el despotismo y abuso de poder, son también generadores de las diferentes escalas de violencia que El Salvador ha vivido a lo largo de su historia.
Todo esto lleva apreguntarme muy seriamente: ¿Quiénes han sido los principales destinatarios de derechos en nuestro país? ¿Quiénes han sido o son considerados “dignos” de justicia? ¿Hay seres humanos de primera, segunda o tercera categoría? ¿Quiénes son los principales constructores del Estado, de las leyes, de los mecanismos para normar la convivencia pacífica en una sociedad? No tengo afán de contestar a...