Derechos Humanos
Hace poco más de un mes Colombia vivió uno de los debates más importantes y controversiales de su historia, la corte constitucional debía decidir el futuro de milesde familias colombianas. La controversia: las familias estaban conformadas por parejas del mismo sexo; el debate: permitir o negar a estas familias la oportunidad de adoptar niños.
En un paísconformado en gran parte por conservadores y católicos, el tema de la adopción para parejas homosexuales escandalizó a más de uno, lo cual es normal y hasta respetable, pues cada persona está en libertad deopinar y sentir a su gusto, claro que el asunto ya es otro cuando quienes opinan son personajes políticos, que no solamente opinan, sino que guiados por sus creencias religiosas y prejuicios socialestienen la capacidad de tomar decisiones concernientes al tema. Y ustedes dirán que para eso están los políticos, para tomar decisiones por todo un país, y (desafortunadamente) tienen razón, pero cuandoéstas afectan los derechos fundamentales de un grupo de seres humanos, valdría la pena re-evaluar hasta dónde tienen autoridad para entrometerse.
El ente encargado de fallar a favor o en contra de lasentencia fue la Corte Constitucional y el resultado que anunciaron fue que “las parejas del mismo sexo solo pueden adoptar cuando la solicitud recaiga en el hijo biológico de su compañero o compañerapermanente,” lo cual solo fue una ratificación del fallo anterior.
La decisión se tomó con cinco votos: los de los magistrados Gloria Ortiz, María Victoria Calle, Jorge Palacio, el conjuez RobertoHerrera y Guillermo Guerrero. Cinco personas decidieron por los niños y las familias colombianas, cinco personas decidieron por todo un país.
Cabe preguntarnos si estado y religión están realmenteseparados en Colombia, pues me atrevo a decir que el 99% de las personas que están en contra de la adopción homoparental y de casi cualquier tema que incluya población LGBTI, basan sus argumentos en...
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