Deriva
Llevaba unahora caminando por la zona cuando me topé con una enorme piedra, era rara, con dibujos y marcas. Quise seguir investigando pero ya estaba oscureciendo y tuve que construir un refugio para descansar.
Ala mañana siguiente, cuando estaba amaneciendo, entusiasmado comencé a inspeccionar mejor lo que había encontrado. Me llevó unos cinco minutos darme cuenta que había un camino que se abría paso dentrode todos esos hermosos árboles y plantas. No dude mucho en seguir el recorrido. Empecé a caminar y caminar, era bastante difícil recorrerlo por los obstáculos que había, a esto se le sumaba el miedoque tenía al escuchar sonidos raros de animales.
Al cabo de una hora llegué a un lugar extraño. Había muchas chozas una al lado del otra y hechos de ramas y hojas.
Mi curiosidad tomó el control y meacerque lentamente. No alcancé ni a dar diez pasos cuando de repente mucha gente salió de entre las plantas.
Eran diferentes a mí, su piel era oscura, eran flacos, su ropa estaba elementosencontrados en la isla y solo cubrían sus partes íntimas. Muchos de ellos tenían marcas en su cuerpo con figuras extrañas y su idioma era diferente, no los entendía.
Me asuste a verlos, pensé que me haríandaño pero fueron muy amables. Parecía que nunca habían visto a un hombre como yo y me recibieron como a un rey. Todos miraban mi vestimenta y mi armamento y los tocaban con miedo.
Si darme cuentallego la noche y pensé en donde dormiría. Por suerte el hombre más anciano de ese lugar, al que se me ocurrió llamarlo aldea, me guió hasta una zona refugiada y permitió que me quedara.
Luego seguiré...
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