derrochando suaj



Hace un par de años estábamos en una fiesta de disfraces y serían alrededor de las doce de la noche.
Había una vez una pareja que estaba saliendo por el monte con el coche, se encontraban enmedio de un bosque, aparcados junto a un lago. Se pararon para mirar las estrellas con la radio puesta. Entonces dieron en la radio un boletín informativo de que un hombre se había escapado de la cárcely llevaba un garfio en una mano y que andaba por los alrededores de la ciudad, y que se tuviera cuidado si se le veía porque era peligroso. Siguieron ahí un rato mirando aun las estrellas, pero lachica empezó a asustarse. Miro por fuera y echo el seguro de su puerta, y el chico el de la suya diciendo: Es totalmente ridículo preocuparse por eso. Y ella contestó: Bueno, pues a mi esta noticia meda mucho miedo. Al cabo de un rato, la chica dijo: Oye, vámonos al centro. Y él respondió: No, no nos vamos a agobiar por una tontería así. Y ella replicó: Mira me está entrando miedo. Sería mejor quevayamos al centro. Y al final el dijo: Vale. Arranca el coche, la lleva a la ciudad y cuando llegan a la casa de la chica, él sale del coche, va a abrirle la puerta a ella y allí se encuentra,colgando, un garfio. Ella sabía que eran cosas sólo de chicos, haber ido a espiarlas el día que se emborrachaban por primera vez. En el pequeño cobertizo, una radio derramaba promesas de labios y amoresoscuros. Jesse observaba a Sally pintarse el pelo con granadina, salpicándose los brazos del pegajoso jarabe. La fiesta era en el cobertizo que había al pie de la colina sobre la que estaba su casa,junto a un campo de hierba alta donde se escondían serpientes negras como cinturones. Las botellas de Vodka estaban vacías y Jesse contaba chistes verdes sobre algunos adultos para que todas rieran:como la Señorita Harrison, la profesora de plástica, cuyas manos eran pecosas y húmedas y que siempre les estaba toqueteando. Iba oscureciendo y las historias eran cada vez más escalofriantes. Al...