Desarrolla
El silencio se le imponeal hombre cuando ha cruzado la realidad del ruido como una marejada, cuando se ha volcado en expresiones y en discursos todo lo que le pesa y le desangra. Entonces el silencio se nos hace necesario:cuando sabemos que el decir que poseemos ya no es lo suficientemente amplio como para abarcar nuestro secreto, todo lo que somos e intuimos pero que escapa al lenguaje conocido.
Aún imponiéndosecomo necesidad interna, existe un primer momento en que el silencio desarraiga, nos deja en suspenso. Perdemos la noción de nuestro propio destino, la dirección de nuestros pasos. Sin palabras somoscomo marionetas, no podemos explicarnos lo que nos sucede. Nos parece que estamos rehuyendo las convocatorias y negando a la palabra su sentido, cuando en verdad buscamos la verdad por su presencia.Queremos seguir hablando, repetir las mismas frases sobre los nuevos acontecimientos, pero ese decir no nos sirve ya de nada, nos muestra estancados, vacíos de sentido. Nuestras palabras, anteseficaces y con una dirección determinada, se muestran como los balbuceos de un recién nacido. Nuestro discurso se llena de dudas, de agujeros negros. Hay un nuevo contenido que pugna por salir ydesgarra el discurso, haciéndolo ininteligible.
Nos separamos del ruido para mirar nuestro decir desde la lejanía, para verlo incompleto y falto de carisma. Ese mirar es el anuncio de una realidadmás amplia para la palabra. En el silencio absoluto de la mente se crea la necesidad de una palabra nueva, que abarque todo el universo. Si nos mantenemos largo tiempo en la pura negatividad delsilencio, si hacemos del silencio una morada, este nos irá alejando de lo próximo, nos irá levantando la mirada lentamente, nos hará estar atentos a los rumores más antiguos, a los alientos más lejanos....
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