Desarrollo Del Teatro En Grecia

Capítulo I
I.
Me encontraba caminando muy deprisa, la verdad es que casi corría por encima de mis pasos, mientras las bocinas de los autos golpeaban mis oídos y el humo emergente de esas cucarachascon llantas se instalaban de a pocos en mis dañados pulmones, al menos la lluvia refrescaba mi apuro, me decía, y asentaban la tierra del asfalto que casi siempre ensuciaban mis zapatos negros, losventiunicos como decían mis amigos de colegio. De pronto al voltear la esquina divisé a una linda chica, la verdad es que era muy guapa, sexy, atractiva, como que no era muy de la zona nuestra, másbien parecía europea o norteamericana. Entonces haciendo sumas, llevaba conmigo dos buenos factores para poder llegar a tiempo y disipado a dónde me esperaría Esteban para llevarme donde un extrañoprestamista, no faltaba menos, pero así es la vida, como dijo un gran hombre del cual no tengo ni el más mínimo recuerdo de su nombre, sucedió lo que nunca antes me había sucedido en esta vida, de lacual no me he arrepentido del todo o mucho. La lluvia había mojado mi espumoso cabello, el mismo que goteó, mojo, y nublo mi vista. Al no poder ver a la linda chica que esperaba un taxi sólo a 3 metrosde mi, limpié mis ojos y sin divisar algún obstáculo frente a mi seguí contemplando su belleza, como era natural, pues torpe soy desde mi nacimiento, tropecé con una lata de gaseosa, resbalando asícual acróbata en medio de la acera, y atrayendo las miradas de los transeúntes y de incluso la rubia. Ya caído, como uno sabrá, lo primero en levantar fue mi cabeza y tal vez la mirada, y gracias a ellodivisé una caja de tamaño peculiar, como si fuese de naipes, en un extremo estaba abierto y podía notar que el relleno no era exactamente de papel o dinero, pero aún así me propuse a recogerlo. Ya enmis manos, como cual mago, sigilosamente esa caja llego a mi bolsillo izquierdo, caminé tal como venía caminando, corriendo, llegué a un restaurante modesto y solicité me prestasen sus servicios,...