Desarrollo humana
graves en la adolescencia *
Carlos Pierini
YO SOY PADRE, MADRE, HIJO y YO MISMO
(Frase del poeta Rimbaud, citada por una
paciente drogadicta).
Introducción
El haberme decidido a presentar este ensayo en una jornada dedicada a niñez y adolescencia, se basa en que la mayor parte de mi experiencia con adictos graves me enfrentó, lamentablemente, conjóvenes que sufrían las consecuencias desquiciadoras de las drogas y de sus desgraciadas historias familiares.
El vasto y doloroso panorama de las adicciones nos movió a un grupo de colegas y profesionales de otras disciplinas, a intentar internarnos en ese submundo, para entonces desconocido. Lograr transitar por él no fue fácil. El tratamiento del adicto y su familia expone a los integrantesde un equipo terapéutico a múltiples vicisitudes, ansiedades, presiones, desilusiones, esperanzas, frustraciones y al enfrentamiento con una realidad siniestra.
Muchos son los autores psicoanalíticos que se han dedicado al tema, y la mayor parte de los trabajos fueron realizados antes de 1945. Es posible que una de las razones que expone H. R. Rosenfeld para explicar el hecho de queposteriormente a esta fecha, las aportaciones psicoanalíticas al tema fueran escasas, sea correcta, y puede ubicarse en las serias dificultades que plantea el tratamiento de la adicción a las drogas en la práctica psicoanalítica (12).
Con el tiempo pudimos confirmar o modificar algunos conceptos leídos e ir descubriendo algunos nuevos; nos dimos cuenta que era inevitable romper con nuestraomnipotencia médico-psicoanalítica. No era posible tratar personalidades tan afectadas, cargadas de una impulsividad irrefrenable, en un solitario consultorio, 5 o 6 horas semanales. Una hora diaria para seres tan carenciados, con una combinación entre su estado mental y la intoxicación producida por las drogas es, a mi entender, como intentar calmar nuestra necesidad diaria de reposo con un minuto desueño.
Pudimos observar, como otros investigadores, que la adicción a las drogas es un proceso que se desarrolla dentro de un complejo sistema que abarca conflictos intrapersonales, interpersonales y sociales.
Me voy a referir, dentro de la brevedad de este ensayo, a las adicciones graves, a los cuadros adictivos más severos, dejando fuera de esta exposición los adictos al tabaco, osprobadores ocasionales, obsesos y adictos al trabajo, y a toda esa gama de adicciones diría yo, socio-ego-sintónicas, donde se ingieren hipnóticos, estimulantes, sedantes, etc., con un llamativo automatismo y reciben el consenso social. Desde ya que este tipo de adicciones reviste gran importancia y debería ser tema de gran interés en la investigación, ya que es probable que todavía no lleguemos avislumbrar claramente cuáles serán los resultados futuros de este modo habitual de vivir. Podemos pensar, como R. Knight, en la adicción (él se refiere al acoholismo) como un síntoma. Una forma de expresión del conflicto interno del individuo afectado, y, después de conocer las constelaciones familiares de los adolescentes adictos, agregar que es también una forma de denuncia del conflictointrafamiliar.
Dice François Dolto: donde el lenguaje se detiene, lo que sigue hablando es la conducta (5); el niño o el adolescente encarnan con sus síntomas, las consecuencias de un conflicto vivente familiar o conyugal, camuflado y aceptado por sus padres. En resumen, continúa diciendo, los
* In Aportaciones al psicoanálisis de niños y adolescentes, Kargieman, Baires, 1981)
Publicación de APA.los hijos se convierten en portavoces de los padres.
¿Por qué el grito de denuncia adquiere tal dramatismo en el adolescente adicto?
Creo que para responder a esta pregunta tenemos que transitar senderos que nos llevan hasta las primeras etapas del desarrollo individual y las características del medio ambiente donde se desarrolla el crecimiento del niño luego adolescente.
El...
Regístrate para leer el documento completo.