Desarrollo
Páginas: 2 (443 palabras)
Publicado: 8 de diciembre de 2010
Veneno y Perfume
Desde pequeños fuimos formados bajo la promesa de estar destinados a grandes cosas. Con afirmaciones del tipo ‘Eres tan inteligente’, aplaudiendo nuestra inocente y torpeinterpretación de alguna canción o celebrando un pueril rallado multicolor, nuestros padres y familiares no solo afianzaron nuestra confianza en nosotros mismos sino que también sobredimensionaron nuestrascapacidades y expectativas, sobre todo estas últimas que una vez sobrepasado el umbral de la adolescencia hizo que esperásemos del mundo mucho más de lo que realmente nos podía ofrecer.
Así resultaque en nuestra adultez nos encontramos inmersos en un mundo que parece ser más pequeño de lo que soñamos, menor al que nos prepararon, ínfimo comparado con nuestros deseos y nos vemos obligados acaminar por la vida en zapatos que parecen ser dos tallas más pequeños.
Esto es simple de visualizar, recuerde cuando le decían: ‘‘Tienes toda una vida por delante!!’’ y resulta que ahora los años soncomo un suspiro, si tan solo ayer tenía 20 y ya pasados los 30s comienza a pensar en jubilaciones y envejecimiento.
Lo extraño es que, a pesar de tanta promesa de grandes cosas, nos hemos empecinadoen preferir todo en versión mínima, quizás amparados en aquel dicho: mientras mas pequeño el frasco, mejor es el perfume y más potente el veneno.
Ya no importa cuán difícil sea pulsar los botonesdel celular o del sistema de sonido, mientras más pequeño mejor. Somos de pocos amigos. El matrimonio es cada vez mas corto. Las casas y departamentos son francamente minúsculos. Las cenas o almuerzosen restaurantes no satisfacen por su abundancia. Si hasta los orgasmos son menos placenteros y explosivos de lo que nos dijeron alguna vez que serían. Y aún así seguimos prefiriendo el teléfono máspequeño, pocos amigos, matrimonio con fecha de caducidad al primer problema serio, los departamentos del tipo área común, comer como pollos y coger como conejos… literalmente.
La sensación de estar...
Desde pequeños fuimos formados bajo la promesa de estar destinados a grandes cosas. Con afirmaciones del tipo ‘Eres tan inteligente’, aplaudiendo nuestra inocente y torpeinterpretación de alguna canción o celebrando un pueril rallado multicolor, nuestros padres y familiares no solo afianzaron nuestra confianza en nosotros mismos sino que también sobredimensionaron nuestrascapacidades y expectativas, sobre todo estas últimas que una vez sobrepasado el umbral de la adolescencia hizo que esperásemos del mundo mucho más de lo que realmente nos podía ofrecer.
Así resultaque en nuestra adultez nos encontramos inmersos en un mundo que parece ser más pequeño de lo que soñamos, menor al que nos prepararon, ínfimo comparado con nuestros deseos y nos vemos obligados acaminar por la vida en zapatos que parecen ser dos tallas más pequeños.
Esto es simple de visualizar, recuerde cuando le decían: ‘‘Tienes toda una vida por delante!!’’ y resulta que ahora los años soncomo un suspiro, si tan solo ayer tenía 20 y ya pasados los 30s comienza a pensar en jubilaciones y envejecimiento.
Lo extraño es que, a pesar de tanta promesa de grandes cosas, nos hemos empecinadoen preferir todo en versión mínima, quizás amparados en aquel dicho: mientras mas pequeño el frasco, mejor es el perfume y más potente el veneno.
Ya no importa cuán difícil sea pulsar los botonesdel celular o del sistema de sonido, mientras más pequeño mejor. Somos de pocos amigos. El matrimonio es cada vez mas corto. Las casas y departamentos son francamente minúsculos. Las cenas o almuerzosen restaurantes no satisfacen por su abundancia. Si hasta los orgasmos son menos placenteros y explosivos de lo que nos dijeron alguna vez que serían. Y aún así seguimos prefiriendo el teléfono máspequeño, pocos amigos, matrimonio con fecha de caducidad al primer problema serio, los departamentos del tipo área común, comer como pollos y coger como conejos… literalmente.
La sensación de estar...
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