Desastre Naval Del Estrecho
En la segunda mitad del siglo XVIII, laacertada visión de Carlos III había dotado a España, todavía importante potencia colonial, con una poderosa Marina a la altura de sus necesidades estratégicas; pero la deriva histórica propiciada por la Revolución Francesa y la posterior irrupción en escena del huracán napoleónico vinieron a mudar gravemente los equilibrios y los papeles de las potencias europeas. Carlos IV y su valido Manuel Godoy,mitad por fascinación mitad por irremediable temor, se avinieron a una humillante sumisión ante Napoleón. Por el segundo Tratado de San Ildefonso, firmado en 1800, la flota española quedó prácticamente sometida al directo control francés. Probablemente era este apartado, el de la Armada española, el botín más codiciado por el Emperador (antes de decidirse, como luego hizo, a ocupar directamentenuestro país liquidando la dinastía reinante en favor de su propio hermano). Pero ahora, en el arranque del nuevo siglo, la suma a la suya de la importante flota española, le resultaba vital para contrarrestar la imponencia naval de su principal enemigo: Inglaterra.
En 1799, la determinante acción de Nelson en Abukir, al liquidar a la flota francesa que guardaba la intendencia de cuerpoexpedicionario galo en Egipto, forzó a Napoleón a regresar precipitadamente a Francia en precario, dejando allí en Egipto, desamparado e imposible de repatriar, a aquel ejército que le había dado la gloria de las Pirámides. Desde las Tullerías, Napoleón no veía el modo de rescatar a aquel ejército. El draconiano Tratado de San Ildefonso, al que forzó a Carlos IV, tenía mucho de ese trasfondo al abrir unaposibilidad de lograrlo. El plan elaborado era el siguiente: los informes hablaban de que el grueso de la flota inglesa estaba en el Atlántico, en el Caribe, y en la patrulla y protección de la metrópoli. Así pues, con discreción, había que concentrar en Cádiz la flota más numerosa que pudiera reunirse. Una vez allí, una parte de esta escuadra conjunta franco española bloquearía el acceso alMediterráneo de la presumible reacción inglesa, y el resto marcharía hacia Egipto, teniendo por delante, como oponente aún de considerable entidad, la escuadra inglesa permanentemente destacada en el Mediterráneo.
Ya fondeados en Cádiz estaban seis navíos de línea españoles, y a ellos vinieron a sumarse al poco los cinco navíos de la escuadra del almirante Moreno, entre los que se contaban el "Real Carlos"y el "San Hermenegildo", ambos de dos puentes y 112 cañones respectivamente. El plan francés contemplaba que a la reunión se sumarían, desde la base atlántica de Rochefort, otros cinco navíos franceses, y otros cinco más que vendrían desde Tolón, la base próxima a Marsella, en el Mediterráneo francés.
Pero ocurrió, sin que se sepa por qué, que los cinco basados en Rochefort nunca se hicieron ala mar. Y la flota que partió de Tolón el 13 de junio, integrada por cinco navíos y una fragata, fue detectada por los ingleses al pasar frente a Gibraltar.
Desde Gibraltar, los ingleses advirtieron al contraalmirante James Saumarez, quien con su poderosa escuadra mantenía el bloqueo, al otro lado del Estrecho, de la bahía de Cádiz. El almirante español, José de Mazarredo, a su vez alertó al...
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