Descartes, el discurso del metodo
1º PARTE
La diversidad de nuestras opiniones no se debe a que unos sean más razonables que los otros, sino tan solo a que nuestra inteligencia sigue caminosdiversos y a que no consideramos las mismas cosas. No basta poseer una inteligencia clara; lo principal es saber aplicarla.
Es posible que me equivoque. Sé cuan sujetos estamos a errar en lo que nosconcierne. Fue mi máximo deseo el de aprender. Rn cuanto terminé el curso de mis estudios, cambié por completo de opinión, porque me hallé confundido entre tantas dudas y errores, que pensé que no habíasacado otro provecho que el de descubrir cuán profunda era mi ignorancia.
No había en el mundo una doctrina que satisficiera por completo mis esperanzas. Las matemáticas encierran muy sutilesinvenciones, que tanto sirven para contentar a los curiosos como para facilitar las artes y disminuir el trabajo de los hombres. La teología enseña el modo de ganar el cielo. La filosofía nos da los mediospara hablar acertadamente de todas las cosas y para que nos admiren los menos sabios. Los relatos fabulosos no hacen imaginar como posibles acontecimientos que no lo son.
Era admirador entusiasta dela elocuencia, y la poesía me apasionaba; pero creía que tanto una como otra eran más bien dones del espíritu que frutos del estudio.
Yo gustaba con preferencia de las matemáticas, pero no alcanzabacomprender todavía su verdadera aplicación. Sentí profundo respeto por la teología y aspiraba como cualquier otro a ganar el cielo, pero sé que el camino que a él conduce está tan abierto para lossabios como para los ignorantes. Nada diré de la filosofía, salvo que, al ver que la habían cultivado los espíritus más preclaros de todos los siglos, y que asimismo no existe cosa alguna fuera dediscusión, y por lo tanto libre de duda, no tuve la presunción de aspirar a conseguir lo que nadie hasta entonces había logrado; y considerando la infinidad de opiniones diversas que sobre una misma...
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