Descartes

1. DESCARTES: EL SUJETO COMO CERTEZA

“…y lo que yo deseaba extremadamente era aprender a distinguir lo verdadero de lo falso, para ver claro en mis acciones y caminar con seguridad en la vida.”Es ingenuo creer en rupturas puras, es decir, en pensamientos o discursos que aparecen como “milagros”; Son las continuidades las que se vislumbran en las discontinuidades. Quizá haya más bien unlento disminuir de voces que permiten escuchar con más facilidad otras que van creciendo e imponiéndose, pero no de forma radical sino con la lentitud de sonidos que van prosperando, sonidos que dependende los acontecimientos, de los paradigmas vigentes, de las posibilidades del pensamiento. Digo esto para evitar la máxima de situar a Descartes como padre del racionalismo o como gestor de lamodernidad, desconociendo sus intereses vitales, su momento histórico y la importancia de la legitimidad de los doctos en el siglo XVII-legitimidad que va poco a poco desapareciendo-, es decir, desconociendola búsqueda de la seguridad vital, la importancia de las matemáticas y la geometría que está en pleno florecimiento y la legitimidad social que tiene el pensamiento escolástico en el mundo académico.Son éstos acontecimientos inseparables de la construcción que el hombre-pensador Descartes hace en torno a su filosofía y específicamente a la noción de sujeto que se abordará.
Este capítulo sedividirá en tres partes. La primera de ellas que llevará por título Descartes el hombre intentará reconocer la importancia de la vida del filósofo en su obra: la educación en la Flèche, sus amistades y laimportancia de ellas para sus elaboraciones, su necesidad del retiro y el aislamiento; el objetivo de ello es reconocer que detrás del pensamiento cartesiano en torno al sujeto existe un interés yuna vitalidad que busca la seguridad en un contexto dónde el escepticismo inaugurado en el humanismo y las explicaciones escolásticas a través de la influencia de Aristóteles, encarnaron en Descartes...