Descartes

1) SEPTIEMBRE DE 2012 levemente modificado por mi.
No séé si debo hablaros de las primeras meditaciones que hice allíí, pues son tan metafíísicas y tan fuera de lo comúún, que quizáá no gusten a todo el mundo (30). Sin embargo, para que se pueda apreciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes, me veo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexiones. Tiempo ha que habííaadvertido que, en lo tocante a las costumbres, es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy inciertas, como si fueran indudables, y esto se ha dicho ya en la parte anterior; pero, deseando yo en esta ocasióón ocuparme tan sóólo de indagar la verdad, penséé que debíía hacer lo contrario y rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de versi, despuéés de hecho esto, no quedaríía en mi creencia algo que fuera enteramente indudable. Asíí, puesto que los sentidos nos engaññan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la imaginacióón; y puesto que hay hombres que yerran al razonar, aun acerca de los máás simples asuntos de geometríía, y cometen paralogismos, juzguéé que yo estabatan expuesto al error como otro cualquiera, y rechacéé como falsas todas las razones que anteriormente habíía tenido por demostrativas; y, en fin, considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden tambiéén ocurríírsenos durante el sueñño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolvíí fingir que todas las cosas, que hasta entonces habíían entrado en mi espííritu, noeran máás verdaderas que las ilusiones de mis sueñños. Pero advertíí luego que, queriendo yo pensar, de esa suerte, que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: ««yo pienso, luego soy»», era tan firme y segura que las máás extravagantes suposiciones de los escéépticos no son capaces de conmoverla, juzguéé que podíía recibirla sinescrúúpulo, como el primer principio de la filosofíía que andaba buscando. DESCARTES. DISCURSO DEL MÉÉTODO. PARTE IV

1ªª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
2ªª. Define el téérmino ““verdad”” y "creencia" partiendo de la informacióón ofrecida por el texto y completáándola con los conocimientos que tengas de lafilosofíía del autor.
3ªª Redaccióón: La duda metóódica en la filosofíía y en la moral cartesiana.
4ªª Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que juzgues importante en alguno de estos sentidos: por su relacióón con otros filóósofos, con hechos históóricos relevantes (especialmente si son coetááneos del autor o tienen relacióón con su vida) o con rasgossignificativos del mundo contemporááneo.

El examen estáá contestado en negro por Jorge Góómez - Lechóón, y en azul por Marc Martíínez

1-. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura argumentativa o expositiva desarrollada por el autor. (2 Puntos).
Este texto constituye un fragmento de la cuarta parte de ““El discurso del Méétodo”” y hace referencia principalmente a la dudametóódica, asíí como el proceso que sigue en esta y la consecuencia úúltima de dicho proceso.

Se trata de un texto argumentativo puesto que podemos encontrar en éél tres argumentos de la filosofíía cartesiana y entre ellos, el máás importante, el punto de partida por el cual podráá construir el edificio del conocimiento, el famoso ““Cogito ergo sum””. Estos argumentos son:

El primer argumentopertenece a la segunda mááxima de la moral provisional de Descartes. Se puede localizar en las lííneas 4 y 5. Afirma que es necesario mantenerse firme y resuelto en las decisiones que tomemos y en las opiniones que sigamos, aunque dudemos de su certeza.

El segundo argumento se trata de la duda metóódica, a travéés de la cual Descartes rechazaráá las distintas formas del conocimiento, la...