Descripción-Torta


Con un esfuerzo sobrehumano logró abrir los ojos, pero mi cuerpo no quiere responder: cinco minutos más no le hacen daño a nadie. Desde las 4:20 mi despertador va de diez minutos en diez, sino le hago caso no llegaré, creo que es hora de levantarme.
Apenas han pasado unas horas desde que comenzó este nuevo día. El sol no ha salido y mi estómago no repara con su puntualidad, es horade desayunar; no de bañarme ni arreglarme, son las 4:30 y si no cumplo sus caprichos sé que mi día será difícil.
La escena es cómica y hasta deprimente, cuando el cansancio está más presentesuelo caminar en sentido contrario y buscar en los lugares erróneos las cosas que habitualmente no se mueven de su sitio, pero a pesar de la vuelta innecesaria logro abrigarme para ir a la cocina.Salir de la cálida y confortable cama con pijama “cachetera” para enfrentarse a las frías mañanas de esta época no es una buena idea.
Abro el refrigerador y tardo en comprender la acción hastaque el frío aire que sale de la puerta de golpe me despabila. Hay jamón, queso y mayonesa, salchichas y hasta salami, todo perfecto para una torta, ¿en dónde estará el bolillo?... No hay. Se haacabado y me tendré que quedar con el antojo, por lo menos en lo que llego a la escuela y encuentro un rato libre para pedirla en la cafetería, o en una clase que me permita salir temprano u otraque me deje entrar tarde. Desayunaré un poco de cereal con leche para no quedarme con el estómago vacío, el camino es largo (tardo hora y media), y las clases mínimo de dos horas cada una, másvale prevenirme.
Tras una hora de preparación logro cruzar la puerta, el camino ha empezado. El camión aún viene vació, si salgo diez minutos tarde sé que no llegaré a tiempo, mucho menosencontraré un lugar para ir cómoda en ninguno de los dos medios de transporte que uso para movilizarme, a eso sumarle el tráfico del Periférico… doy gracias al cielo por mi estómago exigente.