Descripta
Desperté de pronto, sin previo aviso y a decir verdad estaba algo asustado, no podía creer que eso hubiese sido solo un sueño, fue helado como el invierno, pero fugas como un atardecer en otoño, pero no había duda de que ahí me encontraba, tan lejos de lo que había soñado, en mi cama sudando frío, en la oscuridad tan aterciopelada y profunda como siempre había sido, ya era tarde ysabia que no dormiría de nuevo, así que decidí encender la luz.
Al verme al espejo que se postraba tranquilamente ante mi cama no note nada distinto en mi, era yo el mismo inmaculado ser que siempre había sido, mis facciones eran las mismas, mis ojos aun eran grises y mi cabello oscuro, aun mi piel blanca contrastaba con mi cabello.
Pero... fue un pequeño resplandor que se perdía en mi mirada elque me llamo la atención, lo vi bajar de mi cuello y poco a poco aumentaba su tamaño, lo vi, se torno rojo intenso…era sangre, sin saber que me pasaba examine mi cuello para descubrir dos heridas no muy profundas, pero si muy poco vistosas, me tire en la cama atónito y decidí no pensar en eso.
Lo que en verdad me aterrorizo fue el tacto de un papel tendido bajo mi almohada que yo, sin dudar ypor curiosidad leí, era un escrito borroso y sucio. Decía:
-Lucien, mi amado Lucien, no todo es tan explicable como lo crees- De repente como un relámpago se ilumino mi psique y empecé a recordar todo, la sangre, la elegancia, mi muerte..- la vida no es nada y lo es todo, pero que es un algo te preguntare yo. Tú dijiste que deseabas ser inmortal... recuérdalo- Y empecé a escuchar vocesacalladas en mi corazón, pero ahora las podía oír claramente, discutían, dialogaban:
– Es una maldición más que un don, somos los hijos de Caín, los hijos de Akasha, los condenados a la eternidad existencial, no quieres ser parte de esto créeme - Dijo esa figura...- Yo nunca lo dudaría... en verdad deseo con fervor ser inmortal, decidir yo el momento de mi muerte, poder golpear la mano de dios...-Replique yo- La eternidad, eso es lo que deseo!
Entonces y solo entonces después de recordar ese diminuto dialogo, pude visualizar a la escritora de la carta, recuerdo su figura contra el fuego y el matiz de sus ojos verdes mezclados con algún tipo de azul cobalto, recuerdo su abrasador cabello negro azulado, su figura, sus formas, su pálida pero calida piel blanquisena que me invitaba abesarla a cada momento que la tocaba..., su perfume tan delicado, exquisito es la palabra que busco.
Al momento de decir su nombre sentí que mi lengua se entumecía y sentí ardor, un escalofrío casi mojado, Mademoiselle Clair de Lune... ma cherie... Pero han de querer oír la historia completa... so... se las contare.
Yo tuve una educación católica cualquiera, vacía, sin sentido como toda aquelladoctrina de fe que es inculcada y no enseñada. Nunca pude confiar en el nombre de dios, y hasta me fastidiaba de cierta manera que la gente se lo dejara todo, no tengo nada contra la religión pero si contra los fanáticos religiosos, para mi son detestables. Bueno, como sea, yo viví aburrido de mí mismo, de mi familia que nada expresaba para conmigo más que decepción, aunque yo en el fondo supieseque ni siquiera ellos podían creer en dios, me resultaba morbosamente jocoso. Y como cualquier aburrido cualquiera siempre buscaba excusas para cambiar mi vida de una manera drástica, pero no pude siempre caía de nuevo en el agujero negro que para mi representaba mi familia.
Yo acostumbraba caminar por la plaza de armas al anochecer, solo para romper la rutina un poco.
Ese era yo, un serinmaculado para la sociedad, casi inexistente para el pensamiento colectivo, pero no me molestaba, no me sentía mal, aun así... yo deseaba más, quería algo más que un futuro mediocre trabajando para mega corporativos sin alma. Yo deseaba la inmortalidad...
Recuerdo perfectamente ese día nefasto y glorioso en el que conocí a Cossette mi Cossette... caminaba tranquilamente por la plaza de armas...
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