descriptividad
Por eso, es necesario que los historiadores sean, no generososy complacientes-virtudes siempre muy recomendables-, sino que conviene sean equilibrados y justos. Tampoco debemos ser iconoclastas y radicales-nada ni nadie es absolutamente negativo-y la cerrazónsólo nos lleva a perder la imparcialidad y podríamos ser víctimas de nuestras propias fobias, a veces muy mezquinas, que nos harían perder esa objetividad que debe ser la meta.
Viene esto a colaciónporque con frecuencia vemos como se ensalzan hechos o personas sin la precisa objetividad, ya que los historiadores en cuestión son afines políticamente, desconocen los hechos sin profundidad, o lasintenciones de las personas juzgadas. Tampoco es de recibo la descalificación total ni la inquina. Es necesario, siempre, analizar la mentalidad, estudiar el entorno y el tiempo, hábitos y costumbres,influencias filosóficas, coyunturas económicas y políticas…Consecuentemente, aparecen las ambiciones de los protagonistas, sus apuestas personales, su bagaje cultural, inteligencia, su capacidad detrabajo, su cobardías o valentía, su ego o su generosidad, su vanidad o su sencillez, su soberbia o su humildad…
Personalmente, pienso que no existen hechos extraordinarios sino situaciones extremasque, como la crisis actual, conllevan cambios importantes, que afectan a la vida en común, y pueden hasta originar guerras, muchas de origen religioso y, sobre todo, económicas. También creo que...
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