Descubrimiento Del Efecto Rebote

Descubrimiento del “efecto rebote”
Por Cédric Gossart

Una astilla en el pie de las tecnologías verdes
Desde principios de junio, el consejo para la innovación energética norteamericana
–una “caja de ideas” fundada por Bill Gates y el director de General Electric, Jeff
Immelt– le exigió, al presidente Barck Obama triplicar el gasto en investigación
sobre energías propias, con la finalidadde no quedar relegados de países como
China. Pero las tecnologías „verdes‟ no siempre protegen el medio ambiente.
Su proveedor de agua le propone adoptar un comportamiento ecológi co, pasando a la
facturación electrónica. Argumenta que así se ahorrará el papel. Y como al hacerlo la empresa
reducirá sus gatos, le ofrecerá tarifas más atractivas. ¡Así que la ecología se uniría a la economía,para mayor beneficio de todos! Pero en los hechos… ¿no lo incitarán esos precios más bajos a
regar el césped o tomar varios baños por semana? ¿Sigue siendo tan ecológico esto? Los
economistas denominan a esta paradoja “efecto rebote”. Decir que ella ensombrece las
perspectivas de la economía “verde” es quedarse corto.
En Francia, 35 millones de contadores eléctricos viejos serán reemplazadospróximamente
por contadores “inteligentes”. En Lyon, una de las zonas de prueba de esta operación, los
proveedores de electricidad instalarán en las casas de to dos sus clientes (con su permiso) unas
cajas con un dispositivo que les permitirá controlar el consumo a distancia, con un segundo de
aproximación, con la esperanza de que esta vigilancia genere una reducción en la factura (1). Losahorros para el proveedor –mayor requerimiento de técnicos tomadores del consumo - traerán
además un descenso de los precios. ¡Es el fin de las disputas en torno al radiador, porque los
friolentos subieron disimuladamente el termostato del salón!
¿Pero en qué se utilizará el ahorro así producido? Algunos estudios no publicados de los
servicios de investigación de EDF (Electricité de France)demuestran que, cuando las tarifas bajan,
las familias modestas tienden a aumentar la temperatura de su vivienda. Los hogares ricos no van
a la zaga con la frenética renovación del equipamiento de punta. Cuando un bien o un servicio
bajan su precio, tendemos sin pensarlo a consumir una mayor cantidad del mismo. Y por encima
de la temperatura considerada suficientemente confortable, la gananc iafinanciera destinará a la
adquisición de otros bienes de consumo (pantalla de plasma, viaje en avión, teléfono “inteligente”,
etcétera)… cuyo balance de carbono será, por otra parte, probablemente menos favorable aún al
medio ambiente. Al final, el beneficio ecológico de la tecnología se reduce enormemente –o pasa
incluso a ser negativo en algunos casos- mediante un ajuste a los comportamientosindividuales,
los cuales constituyen, sin embargo, el blanco principal de las campañas oficiales de comunicació n
acerca del “desarrollo sostenible”, que elevan al pináculo la imagen del “consumidor responsable”.
En este laborioso comienzo del siglo XXI, industriales y gobernadores ven en la tecnología
el milagroso catalizador capaz de poner en marcha un nuevo ciclo de crecimiento, de crearempleos, de reabsorber los déficits, de reducir las desigualdades y, por supuesto, de recuperar los
ecosistemas naturales. En todas las estrategias planteadas para multiplicar el mejoramiento de la
calidad de vida y la explotación de “servicios naturales” –energía, materias primas, procesamiento
de residuos, las nuevas tecnologías cumplen un papel determinante. La informática en particularGossart, Cédric (2010) Descubrimiento del efecto verde, una astilla en el pie de las tecnologías
verdes. Le Monde Diplomatique, el Diplo 91, julio de 2010, páginas 34-35

ofrecerá una herramienta esencial para “revertir el desafío climático” mediante la reducción del
consumo de energía.
Gracias a las tecnologías verdes de la información y la comunicación (en español, TIC
verdes, en inglés...