Desde el positivismo y el historicismo dominan en la teor a del estado suele contestarse a la pregunta acerca del valor del Estado haciendo referencia a su sentido o fin inteligible
Esta confusiónentre el sentido y el valor de un fenómeno cultural constituye uno de los errores más densos del pensamiento contemporáneo.
La cuestión del a justificación del estado no puede ser resuelta con la meraexplicación de su función.
Una metodología que negara sitio a este problema no habrá concebido la realidad Estado como lo que efectivamente es: eficiencia humana.
Para una pequeña minoría,únicamente, el ser y el modo concreto de ser del estado concluyen cada día en un debe ser y solo ella participa por tanto, conscientemente, en la conservación en configuración del estado.
La gran masa, al no serel mando o el hambre la mueva para una acción política , concibe el ser consuetudinario o triunfante del Estado como idéntico con su deber ser; para ella , la fuerza normativa, más exactamente, lafuerza habitual, apenas si consiente, de lo existente, suele constituir un motivo suficiente de justificación del estado.
Para minoría lo que cuenta es una cuestión de existencia del estado cuando esta,pierde su fe la justificación de la existencia de un Estado concreto o del Estado como institución ha llegado la hora de la muerte para el Estado de un pueblo, o del grupo cultural que corresponda, ode toda la humanidad.
En este sentido el estado viví de su justificación.
Cada generación, tiene que plantearse de nuevo en problema de la justificación o consagración del Estado.
Por esta razón unateoría que pretende ser una ciencia de realidad no puede solucionar semejante problema.
Por fuerza de su existencia todo poder estatal tiene que alzar la pretensión de ser un poder jurídico; lo quequiere decir que pretende, no solamente actuar como poder en un sentido técnico jurídico, si no hacerse valer como autoridad legítima, que obliga moralmente.
La justificación moral de la protección...
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