Desde, por y para...
Las muestras de producciones hechas por niños y jóvenes no hacen más que reconocer sus derechos a la expresión, a la Comunicación y a la participación, y propiciar undiálogo intra e intergeneracional, multi e intercultural.
Si el filme sólo se realiza completamente cuando es exhibido, una natural derivación de este aserto, válida para muchas de las experienciaspropias de talleres de Educación para la Comunicación con énfasis en las dimensiones alfabetizado mediáticamente, creativo y social es, precisamente, la propia exhibición de lo producido.
El ya clásicodocumental de Ignacio Agüero Cien niños esperando un tren1, testimonio de la labor de Educación Cinematográfica desplegada por Alicia Vega en los barrios populares de Santiago de Chile, nos muestra, enemotivas secuencias, la inauguración de una exposición con los trabajos ejecutados por los pequeños. Réplicas de juguetes ópticos que, para asombro de los padres, sus hijos conocen y sabenpronunciar sus complicados nombres, fotogramas dibujados y secuencias de storyboards de narraciones individuales o colectivas, encuentran sitio en la parroquia como espacio socializador.
Cuando se cuentancon mayores recursos de filmación o grabación en video, mostrar lo realizado ante el grupo escolar, familiar, comunitario, etc., es, de por sí, una exigencia. Ello, por varias razones, algunas de lascuales señalaremos, sin agotarlas ni jerarquizarlas:
a) Como espacio que contribuye al reforzamiento de la autoestima de los «realizadores.
b) Porque es un elemento para dinamizar las relacionesen la familia, la escuela y los otros ámbitos en los que acontecen las experiencias.
c) Es una práctica que devela el mundo de necesidades, expectativas, temores, anhelos y esperanzas de los niños yjóvenes.
d) Esa visión que, desde la perspectiva infantil, adolescente o juvenil, se tiene sobre determinado tema, puede llevar a la movilización de acciones en los diferentes espacios...
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