Desde San Agustín a las neurociencias: Dios está en mí

Propuesta de artículo: Desde San Agustín a las neurociencias: Dios está en mí
Autor: Eduardo Álvarez Mosquera Profesión: Profesor de Filosofía
E-mail: eduardoalvar@gmail.com y alvarezed@hotmail.com Teléf. 514 40 12
Trabajo: Enseñanza Secundaria y Universidad del Trabajo del Uruguay
Nota: En caso de necesitar un breve currículum, les pido que me lonotifiquen.


RESUMEN:
Este informe trabaja sobre una idea muy acotada: Dios está en mí, y se desentiende de Dios en cuanto entidad objetiva. Lo otro que lo caracteriza es su limitación a dos momentos: el medieval y el contemporáneo, y más precisamente, a San Agustín y a las neurociencias.Y aún otro limite más. Luego de exponer el manejo que hacen San Agustín y las neurociencias de la idea de que Dios está en mí, lejos está de poner sobre la mesa solución alguna.
No obstante tratarse de unaidea acotada, no constituye un asunto menor. Para ilustrar el punto digamos que es una buena excusa para poder plantear determinadas cuestiones, como mínimo: la intemporalidad de este tipo de ideas, como ciertos avances en campos aparentemente distantes pueden contribuir con ellas y enriquecerlas, y aunque sea en el disenso, la aparición de diálogos yproblemas emergentes. Y esto no parece poca cosa.

PALABRAS CLAVES:

Dios – Memoria – Neuroteología






Desde San Agustín a las neurociencias: Dios está en mí

I. Tema y propósito
Hay un viejo dicho que goza aún de gran credibilidad, el quedice que “las ideas no se matan”. Pero ¿a qué debe tal fama? Diría que eso ocurre por la suposición de que las ideas expresan verdades en un sentido fuerte del término y que valen no importando lo que haya de nuevo en el mundo, de cuánto hancambiado, por decir lo mínimo, las sociedades, la ciencia, la tecnología y las personas. Y que por lo tanto siguen estando allí tozudamente e intactas porque se lo merecen.
Sin embargo esto no es cierto en la mayoría de los casos. Por lo general, las ideas se ponen de moda y luego se olvidan. Como dice Popper, desde hace mucho tiempo las ideas mueren en nuestro lugar. Y sin duda que eso esbueno, porque si la mayoría de las ideas no muriesen, ocurriría lo que teme Vaz Ferreira: que la humanidad estuviera condenada a padecer el peor de los martirios, tener que soportar eternamente las malas ideas.
Esto no tiene nada de inofensivo, al contrario. Implica que además de haber ideas muertas, hay ideas vivas aún pero cuya muerte es solo cuestión de tiempo. Perotambién implica que hay algunas ideas, pocas, a las que no se ha podido darles muerte.
Sin duda que estas últimas son las más interesantes, y no lo digo solamente por esa singular inmunidad a los avatares históricos que tienen, aunque ya sería bastante. Lo digo porque en ellas se da algo bien curioso: cada época busca integrarlas a su manera y en sucontexto, sin que ello vaya acompañada de una adecuada valoración crítica. Y por lo que he podido ver, la idea de que Dios está en mí es uno de esos ejemplos.
Por eso en lo que sigue me ocuparé de esta idea, acotándola a dos momentos según reza el título: el medieval con San Agustín y el contemporáneo con los nuevos descubrimientos de las neurociencias....