DESEQUILIBRIOS ACIDOBÁSICOS
CLÍNICA
I
Felicitas
Merino
de
la
Hoz
TEMA
1.2.2
DESEQUILIBRIOS
ACIDOBÁSICOS
ÍNDICE
1. Introducción.
2. Análisis
e
interpretación
de
los
gases
arteriales.
3. Alteraciones
del
equilibrio
ácido-‐base.
3.1. Acidosis
respiratoria.
3.2. Alcalosis
respiratoria.
3.3. Acidosis
metabólica.
3.4. Alcalosis
metabólica.
1.
INTRODUCCIÓN
El
equilibrio
ácido-‐base
es
esencial
para
el
correcto
funcionamiento
de
los
sistemas
corpora-‐
les.
Los
desequilibrios
graves
pueden
resultar
letales
para
la
vida.
El
cuerpo
contiene
muchas
sustancias
ácidas
y
alcalinas
(bases). Los
ácidos
son
sustancias
que
disocian
o
pierden
iones.
Las
bases
son
sustancias
capaces
de
captar
iones.
El
ácido
más
importante
en
los
líquidos
corporales
es
el
ácido
carbónico
(CO3H2)
que
se
forma
por
la
hidratación
del
CO2
proveniente
del
metabolismo
de
los
hidratos de
carbono
y
grasas.
El
ión
bicarbonato
(HCO3–)
es
una
base
fuerte,
lo
que
significa
que
la
mayor
parte
de
los
H+,
permanecen
unidos
a
ella
y
que
sólo
una
pequeña
proporción
queda
en
solución.
En
cambio,
las
bases
débiles
como
el
Cl–
tienen
poca
afinidad por
H+,
por
lo
que
la
mayoría
de
los
H+
están
disueltos
y
disponibles
para
reaccionar.
Los
ácidos
corporales
incluyen
los
ácidos
volátiles
y
no
volátiles.
Los
ácidos
volátiles,
como
el
CO3H2
puede
convertirse
en
gas
(CO2)
para
ser
expulsado
por
los pulmones.
Los
pulmones
de
esta
forma
expulsan
todos
los
días
gran
cantidad
de
ácido,
hasta
13.000
mEq/día.
Los
ácidos
no
volátiles
(metabólicos)
no
pueden
convertirse
en
gas
por
lo
que
deben
ser
elimina-‐
dos
por
los
riñones.
Ejemplos
de
ácidos
metabólicos,
aunque existen
en
menos
cantidad
que
el
ácido
carbónico,
son:
el
ácido
láctico,
fosfórico,
sulfúrico
y
clorhídrico.
A
diferencia
del
CO3H2,
que
puede
eliminarse
como
CO2
por
el
pulmón
(CO3H2
==>
CO2
+
H2O),
estos
ácidos
deben
ser
excreta-‐
dos
por
vía
renal
o
metabolizados por
el
hígado
(ácido
láctico)
y
lo
hace
muy
lentamente
(el
riñón
sólo
puede
eliminar
de
40
a
80
mEq/día).
El
pH
se
puede
definir
como
el
resultado
de
la
relación
existente
en
un
líquido
entre
la
con-‐
centración
de
ácidos
y
de
bases.
En
la
práctica
es válido
reconocerlo
como
aquello
que
identi-‐
fica
el
grado
de
acidez
o
alcalinidad
de
una
solución
(Ej.:
la
sangre)
y
recordar
que
la
célula
exige
para
una
función
correcta
un
pH
de
7,35-‐7,45,
es
decir
dentro
de
un
rango
muy
estrecho.
Un
pH
normal
se mantiene
si
la
proporción
de
CO3H
y
CO2
es
aproximadamente
de
20:1.
Por
tanto,
el
pH
arterial
es
una
medida
indirecta
de
la
concentración
de
H+
(cuanto
mayor
sea
la
concentración
de
H+,
más
ácida
será
la
solución
y
más
bajo
el
pH;
cuanto
menor
sea
la...
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