Desigualdad de genero
Paqui Rivero (responsable de la Secretaría Nacional de la Mujer de Intersindical Canaria)
ara abordar la realidad de las mujeres en el mercado laboral, hemos de empezar puntualizando qué entendemos por trabajo. Trabajo es todo aquello que se hace para cubrir las necesidades de producción y reproducciónde la vida humana. Es decir, tanto la producción o generación de un producto, bien o servicio, como todo lo necesario para la reproducción de la vida, de la fuerza de trabajo, para que ésta se desarrolle en condiciones de salir cada nuevo día al mercado laboral y, en general, a todo aquello que permite la reproducción de la vida (cuidado de las personas, etc.). Por tanto, trabajo no es sólo elempleo remunerado, sino también el trabajo doméstico que realizan tantas mujeres amas de casa, paradas, asalariadas, jubiladas,... Ese que, como tantas otras cuestiones que interesa a las mujeres, no aparece reflejado en la contabilidad de los Estados ni en las estadísticas oficiales. Dos terceras partes del total del trabajo social se corresponde con trabajo no remunerado, que no se paga. Y de esetrabajo social que no se paga, en torno a un 80% es trabajo doméstico realizado mayoritariamente por mujeres, sin el cual nuestro sistema no podría funcionar. En lo que se refiere al empleo o trabajo remunerado, hemos de señalar en primer lugar que el modelo económico capitalista y lo que ha dado en llamarse globalización, genera paro y precariedad laboral, desigualdad social y pobreza tanto parahombres como para mujeres. Pero también es claro que este sistema económico se ensaña especialmente con las mujeres. Una vez más nos toca la peor parte. En este sentido, cabe señalar que si bien es cierto que el crecimiento global de la población activa se explica por la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral, hay que decir también que el reparto del empleo entre hombres y mujeressigue siendo muy desigual. Las mujeres seguimos teniendo grandes difi-
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Trabajo no es sólo el empleo remunerado, sino también el trabajo doméstico que realizan tantas mujeres amas de casa, paradas, asalariadas, jubiladas,...
cultades y encontrando importantes obstáculos para acceder al empleo. A pesar de que en los últimos años un porcentaje importante de los nuevos empleos generadoshan sido ocupados por mujeres, los tipos de contrato, jornada, condiciones salariales, etc., hablan de una gran precariedad. Las mujeres padecemos una gran inestabilidad laboral y una tasa de empleos temporales superior a la de los varones. El empleo precario, el subempleo con contratos a tiempo parcial, como medio para tener algún ingreso y seguir atendiendo las cargas familiares, y el trabajo enla economía sumergida sin las condiciones laborales mínimas (contrato, seguridad social,...), siguen estando enormemente feminizados. El trabajo a tiempo parcial no es una opción laboral elegida por las mujeres, como a veces pretende argumentarse, sino la única vía de acceso al mercado laboral que encuentran muchas mujeres. Las mujeres que accedemos al trabajo asalariado sufrimos una segregaciónocupacional que tiene un doble carácter: 1. Segregación horizontal, o concentración en determinadas ramas profesionales y de producción, especialmente en el sector servicios en general, en salud, educación, administración pública,... 2. Segregación vertical o concentración en los escalones profesionales más bajos dentro de cada sector. El hecho de que estemos fundamentalmente en el área públicaobedece a que el acceso a la función pública se rige por criterios de selección del personal mucho más objetivos que los predominantes en la empresa privada. En el ámbito de la empresa privada, seguimos teniendo enormes dificultades para acceder en igualdad de condiciones que los hombres, sigue predominando una mentalidad machista y discriminatoria que prefiere en muchas ocasiones a un varón frente...
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