desnutrición

Recuperación nutricional y
atención primaria de la salud
Dr. Mario Rípoli*
Comentario editorial
Desde fines de la década de 1970 y
principios de la siguiente, al generalizarse
el consensosocial y científico acerca
de la importancia de la atención primaria
de la salud (APS) y, simultáneamente,
al incrementarse la consideración
de los condicionantes socioeconómicos
del procesosalud-enfermedad,1,2
la desnutrición infantil tendió a ubicarse
como problema de comunidades.
Acorde con ello, su tratamiento operativo
comenzó a desplazarse hacia instancias
de extensión de cobertura através
de equipos multidisciplinarios constituidos
en efectores locales de las planificaciones
más o menos centralizadas
que intentaban aplicar
la estrategia de APS. Es
precisamente una de esasinstancias
donde se desarrolló el
programa APODE, sobre el
que el Dr. Anigstein y la Lic.
Fernández llevaron a cabo su investigación.
En esos equipos, la acción más frecuentemente
implementadafue la “complementación
nutricional”3 al asumirse
la ayuda alimentaria como instrumento
idóneo para la reducción del daño y al
percibirla como el principal elemento
demandado por los beneficiariosde programas
específicos.
Con el transcurso del tiempo se fueron
advirtiendo dificultades que se instalaron
como una constante de los equipos
operativos, a pesar de su desconexión
recíproca,motivando profusión
de análisis ajenos a ellos mismos. Los
principales problemas resultaron ser,
por un lado, la ausencia de diagnósticos
y de evaluaciones de impacto que superaran
el nivel local y,por el otro, la alta
proporción de fracaso en la recuperación
nutricional (aún la evaluada antropométricamente).
Lo primero fue atribuido
a la carencia de estimaciones válidas,
4,5 mientras queuna abundante información,
muchas veces contradictoria,
acerca de lo segundo, puso en evidencia
la falta de una explicación unívoca
fundada en evidencias. De este
modo, por una parte se...