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La marcha de las putas
Martha Lamas, feminista, antropóloga, autora de varios libros sobre el carácter cultural de la feminidad y la masculinidad, anunció en un popular programa de televisión una marcha muy singular. Se llevó a cabo en la ciudad de México el pasado domingo 12 de junio. Sus organizadoras mandaron el mensaje a la sociedad respecto al estigma que existe sobre la sexualidad de lasmujeres, y sobre todo, del uso prejuiciado del término “puta”. Una de las objeciones que se han emitido como causales de las agresiones sexuales a las mujeres se refiere a la manera de vestir. Algunos gobiernos de los estados y municipios como el de Guanajuato o Querétaro, han llamado a que no se use minifaldas por la creencia de inducir los ataques sexuales.
No cabe duda que en las sociedadesque integran eso que llamamos México, prevalece sólidamente prejuicios sobre la sexualidad, y más aún, sobre quienes la ejercen libremente aunque a veces no sea tan responsablemente. Pero el caso, mis estimado/as, es que nuestras sociedades juzgan de manera negativa a las mujeres que disfrutan plenamente su sexualidad mientras que a los hombres en algunos casos se les premia aunque seasimbólicamente. Se nos mide con distinta vara para la misma situación. Para el primer caso se trata de “putas”, en el segundo de “hombres muy hombres”. El uso de escotes, minifaldas, blusas de tirantes, pantalones ajustados, etc., no deben de tomarse como pretexto para una eventual agresión sexual. En una cultura sexual machista, es difícil desatenderse de la construcción del cuerpo femenino como objetosolamente de placer. Ver pasar a una mujer sexualmente atractiva no debería ser motivo ni de manera inconsciente y mucho menos consiente de agresión física o simbólica. El problema que le veo a esta situación es que muchas mujeres y varones (y medios de comunicación) refuerzan in/conscientemente el estereotipo de la mujer sexualmente pasiva, objeto de deseo, y además simultáneamente se ha construidoculturalmente la imagen de la mujer mala y dadora de placer. Si las mujeres mantienen una actitud crítica, reivindicativa, y hasta subversiva al status quo, por supuesto con la complicidad de muchos varones que retomamos las banderas de la paridad entre los géneros, creo que se puede enfrentar a esta situación y hacer pleno uso de nuestras sexualidades no importando si se es hombre o mujer.
Elquedarse encantado literalmente por la belleza femenina no debería conducirnos a nosotros los varones, o algunas mujeres, hacia un deseo que pisotee el derecho de las mujeres a decidir con quién sí y con quién no, o en qué momento sí y en qué momento no.
La tarea no es fácil pues se trata de barreras socioculturales que habría que subvertir o en su defecto modificar. Llamar puta a alguien no deberíacontener una dosis de estigmatización, y ni siquiera aquellas mujeres que ejercen el comercio sexual con su consentimiento.
Ya Marcela Lagarde en su esplendida obra “Los Cautiverios de las Mujeres: Madre, Esposas, Monjas, Putas, Presas y Locas” nos introduce a las coyunturas socio-históricas que han llevado a etiquetar a las mujeres según estructuras de poder en el México decimonónico.
Latolerancia a otras formas de expresión permitirá poco a poco reconocer la plasticidad sexual como expresión humana sin el tapujo de los estereotipos que deforman la vivencia plena socio-sexual. Abrir paso a tolerar el amor entre personas con la misma identidad o corporeidad sexual; el ejercicio libre, responsable y seguro de la sexualidad ya sea desde el comercio corporal o voyerismo o hasta el llamadopoliamor, nos llevará a deconstruir un sociedades en que las agresiones a las mujeres por motivos sexuales disminuyan.
La marcha que se llevó a cabo dicho domingo en la ciudad de México, como réplica a la de Toronto, Canadá, es un buen pretexto para el inicio del desembarazo de los prejuicios sexuales, y tocar la puerta de las “buenas consciencias” para que entren nuevas ideas que permitan...