Despedida de terceros de secundaria
Hoy, después de tres años, decimos adiós, pero es un adiós que no significa un "hasta nunca", sino que va lleno de un eterno "hasta luego" que refleja esperanza,ilusiones,deseos, sueños, anhelos y por qué no, también miedos.
"¿A qué le temes?", me preguntó alguien hace unos días. Yo creo que le tengo miedo a lo mismo que la mayoría de mis compañeros: le temo a todo loqueviene. Que si son siete u ocho materias distintas con maestros nuevos; que si hago amigos o no; que si llego a reprobar; que si los nuevos compañeros se llegan a burlar de mí si en clase contestoalgoequivocado; que si esto, que si lo otro... Y podría continuar con la lista de lo que muchos tenemos miedo; pero creo que hay algo todavía más importante: una ilusión que lo compensa todo:Crecer.Dar un paso hacia una nueva etapa, que no precisamente tiene qué ser mala, sino que también creo, será una época cargada de nuevos aprendizajes; llena de nuevas personas que serán nuestros guías,sindejar a un lado las enseñanzas de quienes hoy quedan en el pasado; de nuevos compañeros, que quizá algunos se conviertan en nuevos amigos, sin olvidar las picardías de Edgar y Pedro, losconsejos deMariela o Miriam, la nobleza de Idalia y Diana, las risas interminables de Mayela o Yesenia, la madurez de Erika, la unión del grupo, los enojos sin malicia de Marcos o los goles de Michel, o cadauna delas características de a los que hoy les digo un "adiós", disfrazado de "hasta luego". O un "hasta luego" con antifaz de un "hasta siempre", porque estoy seguro que siempre nos llevaremos ennuestroscorazones y mentes.
Este día, compañeros, amigos, confidentes, cómplices, almas gemelas; este día culmina lo que hace tres años comenzó; este día quedarán sellados con un abrazo largo y unascuantaslágrimas, tantos días de juegos, de cantos, de operaciones básicas, de exámenes, de pleitos ingenuos, de goles metidos, de triunfos y derrotas, de risas y llantos, de esfuerzos, de gritos...
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