Despojo De Difuntos

Periodismo Cívico; promoción del Capital Social – 08/05/07 –

Despojo de difuntos; negocio de algunos

.... para nuestro amigo Javier Montané. Perdió la vida en un accidente
por la Costera el 10 de diciembre del 2006. Al fallecer llevaba consigo un
maletín y $ 8,000 pesos que nunca aparecieron cuando su cuerpo les fue
entregado a susfamiliares en la ciudad de Culiacán, Sinaloa.

Luis Busso

En Sinaloa - y en otras partes - se viven días aciagos. Alguien, algunos o muchos están comprando artículos usados y baratos de uso personal, sin preguntar de donde vienen. “Vienen de los muertos” -dijo uno de nuestros profetas- “Déjenme decirles; Una volcadura mortal, un choque brutal entre conductores de unacamioneta y un tractor, otro arreglo de negocios con 3 muertos y un balaceado afuera de conocido antro. ¿Qué tienen de común tantos difuntos?, Pues el mercado del despojo a que son sujetos; créanme, hasta los dientes de oro les quitan, luego se los ponen de yeso pintado de oropel. La ropa, el dinero, alhajas, cinto, cartera, zapatos y hasta los calcetines andan por ahí, de mano en mano. Algunosfallecidos son entregados a los deudos casi desnudos y nadie sabe quién le pasa a quien el caso y en dónde se extraviaron las pertenencias. La ruta del despojo empieza con los mirones, con los que avisaron, los que llegaron, quienes se fueron, etcétera, y termina con el silencio de los familiares. Bueno, al fin, en el velorio, lo que importa es que el difunto esté vestido y atendido como Dios manda”.Montando una Boa brasileña por Los Mochis o en cualquier lugar.
Porfirio Agundes compró unas botas usadas en muy buenas condiciones a precio de remate. No son de su gusto, pero la oferta fue irrechazable. Aparentemente están hechas de Boa amarilla, jaspeada y correteada por el Mato Grosso brasileño, como lo aseguró el vendedor. Èl duda. Puede que sean de vaca, como los cueros pintados y grabadosen Leòn, Gto. para timar a vanidosos que suponen, con orgullo, caminar montados en un descomunal reptil. Se siente incómodo, casi ridículo de andar montado en un culebrón que pudo tener 6 metros de largo, dos cuartas de grueso y unas quijadas descomunales que tragaron varios descuidados tapires velludos. Cavila sobre los gustos excéntricos del dueño anterior y de otros que ya tienen en un dilemala supervivencia de las pobres boas que están, como todo lo que se mueve, en peligro de extinción.
Por la moda “nais cuasi parisina” que invade a nuestras culturas juveniles, supone que otros lo verán como naco estrafalario y ya planea pintarlos de negro para evitar la burla o revenderlos a otro que mejor estime tan preciada prenda. En fin, ya los compró y se refugia en el consuelo de usarlos enocasiones ad hoc; carreras de caballos, antros norteños, conciertos gruperos y farándula perrona. Por lo pronto, las estrenará en Las Glorias o en El Maviri, Altata o Mazatlán, dónde va tanta gente y tan de variado estilo exótico que nadie reparará en los, como le dijo el vendedor: fabulosos calcos.
La duda de Porfirio, es que no puede resolver del todo la pregunta sobre el verdadero origen desus “zapaboas”, como ha bautizado a su reciente adquisición. Tiene dos pequeñas sospechas relacionadas con una circunstancia y el destino de la vida; el robo y la muerte. Se siente filósofo. También se percibe incómodo, con la carcoma de si los “zapaboas” pudieran meterlo en un aprieto, en el caso de que accidentalmente los viera su dueño anterior o algún sujeto relacionado con el difunto. Nuncaconfió en el vendedor y menos en su declaración; “me los regalo un sobrino que trabaja en el guacho gringo. Me quiere mucho y quiso agradecerme los viejos tiempos en que lo ayude”.
Pensó en la muerte por la actividad laboral del vendedor; receptor de difuntos en una funeraria inexistente. Lo relacionó con otro vínculo aterrador; el aparato judicial. Siguió este curso de reflexión y optó por una...