Destino de las lenguas indigenas en Mexico
Ya en tiempos de la Nueva España, las lenguas indígenas se vieron confrontadas por la presencia de la que tenían como propialos españoles. El castellano, que entonces distaba mucho de ser una lengua ecuménica, fue entonces el idioma de las autoridades, en el que se legislaba y se administraba el país y el que hablaban cuantos controlaban la economía y el trabajo.
En ese nuevo contexto el destino de las lenguas indígenas se tornó incierto. Hay algunos estudios que versan sobre esto, aunque ninguno ha abarcadocabalmente lo que ocurrió en esta materia a lo largo de las tres centurias novohispanas. Mencionaré aquí los trabajos de Shirley Brice Heath, Gonzalo Aguirre Beltrán, Silvio Zavala e Ignacio Guzmán Betancourt.[1] Tomaré en cuenta lo que éstos aportan atendiendo a las disposiciones de la Corona española en relación con el uso de las lenguas indígenas y la enseñanza del castellano. Asimismo acudiré a otrostestimonios que versan también sobre la situación lingüística en diversos momentos del periodo colonial.
Un extraordinario proceso de acercamiento a las lenguas indígenas
Coinciden los investigadores mencionados y otros testimonios de distintas procedencias y tiempos en que, sobre todo durante el siglo XVI y una parte del XVII, los frailes misioneros, de modo especial los franciscanos,propugnaron por el uso de las lenguas indígenas en la evangelización. Argumentaban ellos que era muy difícil para los nativos acercarse a la doctrina cristiana en un idioma que no era el suyo. Esta persuasión movió a varios de ellos a preparar un considerable número de obras tanto para el aprendizaje de las lenguas indígenas como para la transmisión del mensaje cristiano a aquellos que querían convertir.Como nunca antes en la historia universal, se desarrolló entonces una extraordinaria empresa lingüística dirigida a captar y describir las características fonológicas, léxicas y estructurales de centenares de idiomas nativos. En tal empresa participaron conjuntamente los hablantes de ellos y buen número de frailes misioneros franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas. Resultado de sus esfuerzosfue la elaboración de numerosas “artes” o gramáticas, así como de vocabularios de dichas lenguas.
La tarea, llevada a cabo especialmente a lo largo de los siglos XVI y XVII, hubo de superar grandes dificultades. Aunque en el contexto cultural de España se contaba con las recientes aportaciones de Elio Antonio de Nebrija, primeramente sus introductiones Latinae y Luego, en 1492, su GramáticaCastellana –la primera de una moderna lengua europea– en realidad no existía un saber lingüístico formalizado que pudiera servir de base en el trabajo que se echaban a cuestas esos misioneros.
Con ingenuo anacronismo han criticado algunos lingüistas a dichos frailes por haber tomado como modelo en sus trabajos el Arte y el Vocabulario de Nebrija. Los críticos no parecen haberse preguntado qué otracosa de mayor modernidad pudieron hacer entonces esos frailes. ¿Habría que pedirles que hubieran adoptado el enfoque de Noam Chomsky?
Siguiendo a Nebrija pudieron ofrecer, en primer lugar, un adecuado marco de referencia a quienes iban a aprender las lenguas valiéndose de esas gramáticas. Además, y a pesar de las radicales diferencias entre el castellano y los idiomas indígenas, pudieron abarcar...
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