Destreza cuaresmal

Destreza cuaresmal

Una luz disipada, es una brillante luna que desde la cuaresma se extiende en la espera del
mañana, como si las nubes tramaran hilos de sauce, en la hacienda de un otoñoinvernado.

No se puede esperar la alegría, olvidadas de locura, como cuando el hombre se intriga en
sus cuarenta años: un pensamiento de demencia o un simple sentimiento, acortado de dolor,
pero dilatado dealusiones.

Es poco para algunos que han tenido vigor, pero prolongado para aquellos que conservan su
pasado; ¡es difícil madurar!, si el aliento se va divulgando en el abismo de la muerte: se
aguardaen el balancín como cuando se espera la vejez, o la infinitud de las luchas que han
quedado atrás.

Un silencio que habla, desde el desierto cuaresmal, unos años desvelados, que el afán ha
dejado;¿cómo se puede vivir en la nada, si mi alma se marcha y se aleja? ¡Qué ironía!, al
final de nuestra existencia, somos como niños, animados para vivir en la cripta.

Se sigue caminado, y el ente encuentrahambre de seguir viviendo; una bulimia que escupe
llanto y desesperación, un deseo inalcanzable de mantener su fuerza, pero se da cuenta que
sigue viviendo en la memoria de parientes sin conocer.

¡Ohvida mascada de manía!; una espera cansada de angustia y preocupación. Una cara
ajena, se entabla en los cuarenta años; una dilación que arranca en el fondo del alma, las
malicias y vilezas deaquellas épocas de negrura.

Ya es tiempo de volar más alto, los saberes del ayer son ahora las raíces del mañana, mucho
se educó, mucho se formó y a muchos se les dio la verdad del nuevo ser.

Un troncomagnate ha hecho brotar de sus ramas, cuarenta hojas de maestría, como las
notas musicales que se tejen en armonía…

¡No se da lo mejor de las cosas!, se hace mejor el mundo con lo que se tiene, con loque se
es y con lo que se conserva; se integra el todo y lo particular, el problema y la solución, el
fracaso y la experiencia.

Amoríos que no se han visto, no es amar al que no se tiene, sino...