Detective sin nombre

Los tiempos del anonimato:
Apuntes sobre el detective sin nombre de Eduardo
Mendoza
Nacho DUQUE GARCÍA
Università di Padova
Resumen
Todas las teorías elaboradas a lo largo de los últimos cuarenta años acerca de la crítica
literaria han tenido que enfrentarse al problema esencial que se deriva de la crisis de la
coordenada temporal en la contemporaneidad, con independencia de si a estadecidimos
denominarla “postmodernidad”, “hipermodernidad”, “modernidad reflexiva” o “sociedad del
espectáculo”. Un repaso a la figura del detective sin nombre, protagonista de El misterio de la
cripta embrujada (1979), El laberinto de las aceitunas (1982), La aventura del tocador de señoras (2001) y
El enredo de la bolsa y la vida (2012), vuelve a evidenciar la centralidad del tiempo, bien comoelemento central de la línea narrativa de estas cuatro obras de Eduardo Mendoza, bien como
disfraz perfecto para describir con precisión y agudeza una identidad provista de uno de los
más longevos y felices anonimatos de la literatura.
Palabras clave: sátira, hermenéutica, historia, postmodernidad, alteridad.

Abstract
All theories developed over the last forty years about literary criticismhave had to face
the critical problem arising from the current crisis of the time coordinate, regardless of the
terminology we use to name our cultural present: “postmodernity”, “hypermodernity”,
“reflexive modernity” or “society of the spectacle”. A look at the nameless detective,
protagonist of El misterio de la cripta embrujada (1979), El laberinto de las aceitunas (1982), La
aventura deltocador de señoras (2001) and El enredo de la bolsa y la vida (2012), returns to
demonstrate the centrality of time, both as an essential element of the story line of these four
works of Eduardo Mendoza, as well as a perfect disguise to accurately describe an identity
provided with one of the oldest and happiest anonymities of the literature.
Key words: satire, hermeneutics, history,postmodernism, otherness.

EL DETECTIVE (SOBRE EL ACTO DE INTERPRETAR)
Al menos en la literatura, la resolución positiva de toda investigación criminal
depende de tres factores fundamentales: la experiencia, el método y la fortuna. En el
librillo del maestro Smiley figuran un sinfín de anotaciones que le habrían resultado

Orillas, 3 (2014)

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NACHO DUQUE GARCÍA

útiles a cualquier agentesecreto en plena Guerra Fría: dudar de lo evidente tanto como
de lo estrafalario; lo previsible es improbable, de modo que si asesinas a tu jefe, parece
decirnos Smiley, disfrázate de mayordomo, si eres inocente actúa como un heredero; la
mentira levanta sospechas, la verdad no; oculta una verdad entre otras verdades y un
buen secreto entre otros secretos más curiosos, así pasará desapercibido.Las directrices del espía creado por John Le Carré no sólo se dirigían a un grupo
tan exclusivo como el que merodeaba cigarrillo en boca el Telón de Acero sino que, a
mitad de la década de los sesenta del siglo pasado, sus destinatarios eran muchos más.
Si se persigue la empatía, crear de cada lector un intérprete es la pretensión de quien
escribe sobre espías y detectives, porque undetective es un intérprete. Y el mejor
detective es el intérprete más sagaz. Será por eso que los detectives novelados, del
Padre Brown a Pepe Carvalho, de Maigret a Montalbano, no son ni “salvajes” ni
iletrados. Espías y detectives poseen el don de la mirada crítica y la agudeza de quien
es capaz de relacionar un libro con un crimen, la realidad con la ficción, el detalle
mínimo con la historia,con la era geológica, con todo el mundo. El escritor, se dirá,
juega con ventaja, puesto que su agudeza se dilata en el proceso de composición
narrativa, mientras que el lector, por su parte, nada más puede hacer que sospechar en
vano y aguardar con ansia el anunciado final, la sorpresa, el estupor, la verdad. Sin
embargo, si decidimos seguir la receta de Smiley, detrás de la revelación que...