Deveras Maestro

DEVERAS MAESTRO

¡DEVERAS MAESTRO ¡ Usted no me lo va a creer, pero cuando yo llegue a esta escuela mi verdadera intención era terminar una carrera. Ya me pensaba en las grandes oficinas, con una secretaria al lado, bueno dos secretarias, una vieja y fea que me hiciera todo el trabajo bien y otra joven y bonita que me atendiera en los asuntos personales, ¡Deveras maestro ¡ yo sabia que laescuela era dura y que había que estudiar mucho, mi preparación no era buena pues jamás me aficione a los libros, pero estaba seguro que si la iba a hacer. Por lo menos me dije saco mi certificado de Prepa, y después me lanzo a la UNAM, o de perdis a una carrera técnica, ya después Dios dirá. Ya no creía en Dios, ¿como iba creer en alguien que tiene la riqueza tan mal repartida?, pero me dije a lomejor en el fondo es bueno y me ayuda.
Los primeros días en la escuela, después del famoso bautizo, nos la pasábamos re bien. Aquí nadie nos obligaba entrar a clases; Los Prefectos al principio se portaban duro con los alumnos, después ya no la hacían de pedo, y en esta escuela ni se metían con nosotros, solo estaban platicando con las maestros, o haciendo tiempo en los pasillos, quesque buscandola hora de la salida. Yo nunca los pele, y no tuve problemas con ellos. Cuando no nos dejaban entrar a la escuela, nos brincábamos la barda, si nos detenían, poníamos nuestra cara de inocentes y asustados, les prometíamos que ya nos íbamos a portar bien, que era la última vez, y como siempre nos creían pasábamos fácilmente.
Yo siempre me dedique a lo mío. Lo mío eran las chavas, desde quellegue a la prepa, me di cuenta que sin uniforme se veían mejor, como mas queridas, algunas hasta parecían artistas, y luego usted sabrá, no es por que le presuma, pero acá este muñeco era irresistible. ¡Deveras maestro¡ a las dos semanas ya tenia yo mi vieja. Una formal que me buscaba entre clases, me esperaba a la hora de la salida, y me pasaba las tareas, a ella le había jurado todo mi amor. Peroacá bajita la mano andaba yo en el desmadre, con otras, a las que también les gustaba el desmadre. Los maestros ni se esforzaban por buscar alternativas para que nos interesara la escuela, bueno algunos, por que había uno que siempre que nos veía en el patio o fuera de clase nos metía al salón. Y siempre con su cantaleta, “traes el pelo largo córtatelo”, quítate esos percings, a ese si le teníamosmiedo y me caía bien por que no se abría con ninguno de nosotros, seria porque con la disciplina y energía que mostraba para tratar de meternos en cintura, aceptábamos que eso era lo que necesitábamos algunos, pero cuando no lo encontrábamos, nos brincábamos las clases o no entrabamos y nos íbamos de reventón, al billar o a la pulcata, usted los ha de conocer están a la vuelta de la escuela, allínos poníamos a bailar y chupar, los primeros pagábamos una tanda de cervezas y para las chavas unas viñas, los que iban llegando pagaban las siguientes por coperacha, quesque por impuntuales, y en algunas ocasiones cuando no alcanzaba el dinero, empeñábamos hasta el celular, y así nunca se acababa el chupe, hasta que la ñora nos decía que ya iba cerrar, entonces juntábamos pa la propina y lepedíamos que nos pusiera las ultimas para llevar, o sea en una bolsa. Así llegábamos a la escuela cuando ya todos se habían ido, los polis al principio no nos dejaban entrar, y en las primeras veces les armábamos un desmadre, luego se alivianaban, les dábamos para el chesco, o pa una torta y asunto arreglado, todos contentos, nos dejaban pasar al baño o a fajar con las chavas un rato.
Yo regresabatodo mareado a mi casa, entraba y ni siquiera saludaba a mis padres, madamas decía; ya vine y me metía a mi cuarto. Mi madre me regañaba, pero mi padre le decía; déjalo no vez que en esa escuela exigen mucho y el pobre ha de venir muy cansado, pero ya veras como el si va a ser ingeniero y no como yo que no he pasado de matacuaz.
Los primeros días yo me sentía mal con los viejos, pues veía que...