Devocional Plenitud en Cristo
LO VEREMOS
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo
que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 1 Juan 3:2.
E
l apóstol Juan es enfático al afirmar que, en el cielo, “le veremos tal como
él es”. Se refiere a Jesús; y creo que será el momento más emocionante
para la razahumana. Porque, en esta tierra, mientras Jesús no regrese, solo
podemos relacionarnos con él por medio de la fe, separando diariamente
tiempo para estudiar su Palabra y para orar. Pero, en el cielo, podremos verlo
cara a cara, tal como él es. ¿No es extraordinario?
Quiero estar allá, y sentir el abrazo de Jesús. Agradecerle por haberme
permitido llegar allí; decirle que, en esta tierra, prediquésu Palabra por la fe,
y traté de servirlo en humildad. Pero, creo que jamás tendré palabras para
agradecerle porque me amó. Si un día llego ante su presencia, no será porque
haya hecho algo bueno para merecer esa bendición sino, y únicamente, por
el amor precioso de Dios.
El versículo de hoy trae otro pensamiento de ánimo y de esperanza: la
vida cristiana es una vida de crecimiento. Juanafirma: “ahora somos hijos
de Dios”. ¿Y antes? Sin duda vagábamos por el reino del enemigo, intentando
encontrar la manera de ser felices, sin lograrlo. Pero “ahora”, esto es, en el
presente, toda esa antigua vida pasó; hemos crecido. Pero no hemos llegado
aún al ideal que Dios tiene para nosotros; aún no se ha manifestado lo que
hemos de ser”, dice el apóstol.
Hay un ideal elevado. Demasiadoelevado desde la lógica humana. Un
día, “seremos como él”. ¡Qué objetivo! ¡Continuar avanzando! A pesar de
nuestras posibles caídas. Levantarse y proseguir al blanco porque, con toda
seguridad, un día lo alcanzaremos, por la gracia maravillosa de Jesús.
Un día “le veremos”. ¡Este será el fin de nuestro peregrinaje! Habremos
llegado al final de la jornada de dolor y de sufrimiento que el pecadotrajo a
esta tierra. Nadie más te hará sufrir; la muerte no arrancará más seres queridos de tus brazos. No tendrás que llorar tus derrotas, por causa de la naturaleza pecaminosa que te perturba de día y de noche. No habrá más promesas
no cumplidas ni decisiones que duran solo una semana. He aquí, todo será
hecho nuevo.
¿Te gustaría estar allá? Hoy es el día de buena nueva, hoy es el día desalvación. Recuerda: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha
manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste,
seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”.
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2 de febrero
¡NO HAY DIFERENCIA!
Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es
Señor de todos, es rico para con los que le invocan. Romanos 10:12.
E
lavión había despegado, y la niña todavía lloraba. En silencio. Tal vez
pensando que, en la intimidad de sus sentimientos, nadie la veía. Pero,
después del escándalo que había ocurrido dentro del avión, antes del despegue, sería imposible dejar de verla. Un hombre rico y famoso había tomado
el lugar que le pertenecía a ella, y nadie fue capaz de sacarlo de allí. Yo no lo
oí, pero otro pasajeroaseguró que el hombre le dijo a la chica:
–¿No sabes quién soy?
La pobre chica no sabía. Tampoco tuvo el valor de exigir que se respetase
un derecho que le pertenecía. Aceptó “voluntariamente” viajar en otro lugar.
¡No hay diferencia! ¡Qué tremenda declaración de Pablo, en un mundo
de tantas diferenciaciones! ¿Cuál es la razón que el apóstol da, para que no
haya diferencia? ¡La riqueza de Cristo!Riqueza, en el griego, es plouteo, que literalmente significa abundancia,
cantidad más que suficiente para todos. Ahora, si tenemos un Dios abundante, ¿por qué la mezquindad de pensar que alguien vale más o menos que
el otro?
Pero, la realidad de esta vida es el preconcepto. Raza, posición social, religión, dinero; cualquier condición es motivo para sentirse superior o inferior.
En el...
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