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Editorial
Libertad, ¡por Dios! 22 Mar 2010 El 16 de abril de 2009, hace ya casi un año, se anunció que se iniciaba en serio un proceso de liberación delsargento Pablo Emilio Moncayo, un año después la incertidumbre reina por saber si finalmente en esta semana llegará la buena nueva.
Pero al asunto debe ser motivo de un amplio análisis, si se tiene encuenta que por la mente de los secuestrados, y por su puesto por sus propias vivencias han pasado miles de hechos que hoy los tiene marcados como los secuestrados más antiguos de cuantos hechos de estanaturaleza se hayan presentado en el mundo.
La liberación de estas personas, en el caso de la semana que comienza, si finalmente se da debe ser un gesto de seriedad y responsabilidad por parte de ungrupo al margen de la ley como las Farc, que tal parece su único interés es ensañarse con el sufrimiento de decenas de familiares que hoy ansían a como de lugar tener a sus seres queridos en el seno desu hogar para poder compartir con ellos sus vivencias, no muy positivas, de los últimos años.
Los nariñenses esperamos que esta semana que comienza se cierre de una vez por todas ese circo que hanmontado durante más de un año las Farc, el Gobierno, y algunos personajes que están inmersos en este proceso, al parecer más con pretensión estrictamente política o de protagonismo, antes que con elpropósito de contribuir a acabar el martirio de estas personas que hoy lloran la ausencia de sus seres queridos.
Desafortunadamente al departamento de Nariño le ha correspondido aportar una alta cifra desus compatriotas a la fratricida guerra que se vive en Colombia y es así que personajes como el mismo Pablo Emilio Moncayo, a quien se le suman otros como Libio José Martínez, llevan el tristerecuerdo de ser los protagonistas del martirio tras el secuestro del que fueron víctimas cuando se encontraban con la responsabilidad de custodiar el cerro de Patascoy, ubicado en los límites de Nariño y...