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j) La autora propone trocar los nombres y etiquetas con los cuales los adultos suelen referirse a los adolescentes cuando se comportan de cierta manera ya que estos últimos se encuentran aúnconstruyendo su subjetividad. Aún no tienen en claro cómo van a ser en la vida, debido a que por transitar la edad en la que están, experimentan con distintas alternativas de enfrentar la realidad,transformando esta en un campo de prueba, que aún no se compara con las responsabilidades de enfrentarse a la vida como lo haría un adulto.
Las distintas circunstancias en las cuales se ven envueltos losadolescentes en su realidad, en su “drama subjetivo” se ven en mayor proporción compuestas por el discurso de aquellos adultos que forman parte de su rutina. Es así como las distintas actitudes quepueden tomar estos sujetos en desarrollo varían y pueden distinguirse tan claramente al ver los distintos grupos con los que se sienten identificados, pero aún así no definen al adolescente como tal o cualcosa, sino que deben ser consideradas como ensayos, intentos de formar parte de una realidad que se les impone. Es en ese intento de tomar las riendas de su día a día donde los adolescentes pruebandistintos personajes, distintas maneras de lidiar con las situaciones, construyendo así su subjetividad.
k) La autora señala, ante el problema de transferir la vulnerabilidad del niño al adulto mismo,que la mejor solución es tomar responsabilidad con respecto al cuidado de aquellos quienes transitan el desarrollo de su subjetividad. Principalmente desde la posición de docente, de adulto en unainstitución educativa, ya que es ahí donde todavía hay una chance de brindar espacios de protección ante la cruda realidad que el adolescente pueda estar atravesando.
Propone esta atención dejando delado los dogmas del capitalismo neoliberal, según los cuales una dependencia mutua entre personas se ve como una condición vergonzosa, en una sociedad en donde existen instituciones donde la gente es...