dfhjkhg

Señora, siéntese.
Como a las mujeres no las meten a un camión para llevarlas al ejército para pelear agua con agua porque no tiene sentido utilizar otra cosa, alguien decidióque no deberíamos estar tranquilas. ¡Por dios! poco tenemos con pensar que nos van a violar después de las 2000 horas cuando hay poca gente en determinada calle que ha sidotildada de peligrosa para las mujeres.
Sabemos que, ser la que tiene que cargar con una bolsa llena de átomos, ADN- y cosas parecidas a nosotras y a otro ser, que fue, o no, losuficientemente inteligente como para envolver el pedazo de carne que se manifiesta en la unión de nuestras grandes extremidades, y presenta una forma de pepino que cuelga junto aunas “bolsas de cuero escrotal” en algún material impermeable- en la panza, no es suficiente.
Entonces, aparte de cosas sin importancia, tenemos al maldito que hace que lasmamas se sientan felices cuando les damos la horrorosa noticia de que, por alguna razón, a nuestra vagina le está saliendo sangre. Eso es lo que más nos estorba, no conozco laprimera que al sentir que le baja sangre por la vagina la haga sentir mujer o la haga sentir genial porque eso es necesario para que se lleve a cabo un buen tiempo de gestación.Por culpa de la menstruación, me he encontrado en situaciones difíciles que me marcaran por siempre. La más reciente es una en la que me encontraba en el metro, pensé en pararmepara darle el puesto a una señora porque sentí la presión de todos los individuos en el tren que me miraban y decían para sí mismos, “es la única persona que es joven”, y teníanrazón, además yo me bajaba en unas cuantas estaciones y mi amabilidad se riega por todo mi cuerpo.
No me paré, la menstruación es de las fuerzas más fuertes que conozco.