Diógenes
“Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro.”
―Diógenes de Sinope
«Es más, nada esclavo hay en él, ninguna afectación, nada añadido, ni disociado, nada sometido a rendición ni necesitado de escondrijo.» Meditaciones
(Diógenes de Sínope, llamado el Cínico; Sínope, c. 404 a.J.C. - ?, c. 323) Filósofo griego. Fue el discípulo más destacado de Antístenes,fundador de la escuela cínica. Para él, la virtud era el soberano bien. Rechazaba toda convención, la ciencia, los honores y la riqueza. Llamado por Platón «Sócrates delirante», iba siempre descalzo, vestía una capa y vivía en un tonel. Objeto de burla y, a la vez, de respeto para los atenienses, para Epicteto fue modelo de sabiduría. Sus escritos se han perdido.
El sueño del perro
La exhortación osoliloquio de Marco Aurelio (Meditaciones, Libro III, § 8) que preside este breve ensayo, refleja en una imagen panorámica a todo hombre de pensar disciplinado y purificado, pero da la impresión de haber sido escrito expresamente para exaltar a Diógenes de Sínope, el Cínico. Acerca de esta clase de hombres, dice el emperador-filósofo que «nada purulento ni manchado ni mal cicatrizado podríasencontrar». Elogia allí a individuos que se hallan por encima de las apariencias y de las convenciones, y por tal motivo no tienen nada que demostrar ni ocultar.
Hablamos de sujetos que completan su vida como un acto de vaciamiento, como se bebe de una copa hasta la última gota; así colman el espacio interior y saben de la plenitud de sí mismos, y también algo sobre los fragmentos que son las cosasque les rodean, de las que son conocedores, no expertos. A una firme decisión de llevar a cabo los ideales filosóficos se debe su disposición, producto más bien de una voluntad soberana y de una orientación práctica que de un esfuerzo teórico.
La vida propia, su plenitud, es lo que les preocupa; y ella no se hace plena sino mediante un plan de actuación en dos plazos enlazados por una comúnfinalidad: el propósito, que se piensa, y el actuar, que se evidencia en la decisión. El segundo paso, la decidida actuación, tiene más valor al atraer la filosofía al vivir y hacer de la vida una experiencia filosófica. Por eso son estos hombres tan desprendidos, aunque no veamos siempre en su actitud simple propensión a la acción desinteresada. Se deshacen de aquello que es superfluo y banal, como lasimulación y el embuste, y se quedan con lo que tienen y lo que siempre llevan puesto: la libertad para lograr hacer de ella algo por lo que vale la pena esforzarse.
A esta casta pertenecen héroes de la talla de Sócrates y Diógenes. El primero expresa el ideal en clave dramática; el segundo, como una comedia. Sócrates es un filósofo serio y sereno hasta la muerte; Diógenes es un rufián y undesvergonzado, o, como lo llamó Platón, un «Sócrates enloquecido». Dos vidas cruzadas se encuentran ante sí mismas, y saben muy bien lo que quieren, algo muy similar en ambos casos: vivir de acuerdo con un proyecto, aunque no proyecten lo mismo, y ahí es donde se aleja uno del otro.
Sócrates examina su vida y la evalúa según los logros y conquistas, aspira a la gloria, sólo reservada a los quecumplen con su deber; se toma la existencia demasiado en serio y siempre obra en consecuencia, hasta la muerte: he aquí la entraña y el sino de los mártires, también de los fanáticos, o de los conquistadores, como Alejandro el Grande.
Diógenes prefiere vivir a su aire, al aire libre, sin pena ni gloria, pero a lo grande, lo cual, según su parecer, no significa aplicarse a la filantropía ni a laconquista, sino vivir sencillamente bien, porque lo bueno reside en lo sencillo. «A uno que le decía que “vivir es un mal”, Diógenes le responde: “No, eso es el mal vivir.”» (Diógenes Laercio [D.L.], Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, Libro VI, 55).
No rinde cuenta de sus actos, ni pide perdón por realizarlos; no se oculta cuando los omite, y por ello tampoco pide excusas....
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