Dia del padre
El de la madre es distinto.Finalmente tenemos claro que es una creación del comercio sin mayor trascendencia que no pretende nada diferente que honrar a quienes no solo nos crearon sino que aún nos soportan. El famoso Día del Padre,por el contrario, es una fecha que de alguna manera pone en evidencia nuestro implícito complejo de Electra y de paso nos obliga a tratar de entender la mente masculina, lo cual es un propósito másabsurdo que los del 31 de diciembre. Lo extraño de todo esto es que al buscar el regalo de nuestro papá, si analizamos la simbología, todos los elementos que elegimos son gritos silenciosos de protestapor lo que nos ha producido un mal hombre. Pensamos en darle a nuestro viejo una corbata, un cinturón, unas medias, un pañuelo, una loción o un CD.
Es decir, las herramientas adecuadas para la escenatriunfal del crimen imaginario perfecto. En medio de nuestra frustración, nuestra tristeza o de la desilusión causada por nuestras relación fracasada, visualizamos sin necesidad de recurrir al libroEl secreto el momento final de aquel infeliz por el que lloramos noches interminables. Vemos al fulano ahorcado con una corbata, pendiendo del techo entrelazado con una correa, adormilado bajo elefecto de un pañuelo bañado en colonia que le tapó la nariz para luego ser amordazado con una media al son de su canción favorita.
Es macabro, pero real. Culpamos a nuestro padre inconscientemente dehaber sido el creador de un patrón equivocado en nuestras relaciones. Si bien es cierto que el papá marca de una forma sustancial la vida de la hija, ninguna de nosotras tiene derecho a achacarle...
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