Diagnostico De La Organización

POLITICA ECONÓMICA ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CENTROAMERICA






Dr. Carlos Marín Zamora














UNICA HEREDIA, 2012


Introducción.

Con la finalidad de brindar el mayor aporte de información sobre la Política Económica entre Estados Unidos y los países Centroamericanos, inicio este trabajando efectuando una mirada a lahistoria y así tener un panorama amplio sobre la forma en que se gobernaban nuestros países. En la década de 1990 las sociedades centroamericanas cerraron un período de su historia. Los años anteriores estuvieron marcados por violentos conflictos que afectaron directa o indirectamente a todos los países. Con el advenimiento de la paz, reinó el optimismo y todo parecía indicar que la región se podíaplantear un nuevo desarrollo político y económico. Medio siglo antes, la integración nació impulsada por los vientos desarrollistas que soplaban en todo el continente. Su diseño original se asentó en la homogeneidad histórica y cultural, y sobre una continuidad geográfica: el “Istmo”, excluyendo, al norte y al sur, a Belice y Panamá. El esfuerzo integracionista tuvo tanto empuje que llegó a serreconocido como modelo. Sin embargo, a fines de los años sesenta mostró claros síntomas de agotamiento. Las contradicciones entre los países del Istmo le restaron dinámica, y en buena medida fueron responsables de la guerra entre El Salvador y Honduras. A partir de ese momento ya no fue posible registrar avances importantes en el proceso integracionista. El aparato institucional de la integración y elcomercio intra-regional, aunque se mantuvieron, no lograron recuperar dinámica. Finalmente, las guerras civiles de la siguiente década sellaron su destino. Desde la perspectiva de “proceso” la integración estaba muerta. Hacia fines de los ochenta y principios de los noventa, los conflictos armados de Nicaragua, El Salvador y Guatemala empezaron a resolverse, y las consideraciones de seguridadestratégica que habían pesado gravemente sobre Honduras y Costa Rica tendieron a disolverse. Surgieron regímenes políticos de representación democrática. Costa Rica, que diez años antes había sido la excepción, se convertía en norma. En la región se generalizaron gobiernos conducidos o apoyados por empresarios que, dejando atrás los regímenes militares, planteaban nuevos esquemas de desarrollo. Porotra parte, el panorama internacional era favorable: dinamismo en la economía mundial, fin de la guerra fría y fuerte disposición de los países desarrollados a cooperar con el esfuerzo centroamericano. El proceso de integración vivió no solo una resurrección orgánica, cristalizada en la reforma a su institucionalidad, sino también un nuevo impulso, expresado en muchos planes integracionistas, asícomo en el cúmulo de tratados y resoluciones emanados de las frecuentes Cumbres Presidenciales. Por primera vez en muchas décadas, se respiraba un clima de paz y optimismo.En el nuevo siglo, no obstante, el panorama no luce tan prometedor. La dinámica integracionista de los gobiernos se ha estancado y los resultados obtenidos son magros. Existe un sentimiento de impotencia en las altas esferaspolíticas por la disparidad entre la cantidad de resoluciones tomadas y el pobre nivel de cumplimiento. El ideal de la integración democrática aún nos elude y su visión no logra convertirse en parte del imaginario político-social de nuestros pueblos. Los esfuerzos iniciales por incorporar a las organizaciones de la sociedad civil a las tareas integracionistas no han sido eficientes y casi todas continúansu trabajo como si la integración no existiera. El peso de la integración en los contenidos curriculares universitarios y en la investigación social es cada vez menor. La nueva institucionalidad integracionista, incapaz de afirmar su legitimidad y relevancia, tiende a refugiarse en tareas burocráticas. Las disputas fronterizas entre países han resurgido con fuerza y los conflictos menores de...