Dialectica
Georg Wilhelm Friederich Hegel (1770-1831), el último y el más grande de los idealistas alemanes, nació en Stuttgart (Alemania). Se formó con las ideas ilustradas de la época, se interesó por el mundo griego y estudió teología en Tubinga junto a Schelling, entre otros. Saludó la Revolución Francesa y se manifestó contrario al régimen feudal de lamonarquía prusiana. Desarrolló su idea del Absoluto a través de la religión, tomando como punto de partida el supuesto de que el mensaje cristiano debía coincidir con la ley moral de Kant. Esto es lo que reflejan sus primeras obras.
En 1805 fue nombrado profesor extraordinario en Jena, y desde donde vería el paso triunfal de Napoleón, momento en que escribió la Fenomenología del Espíritu(1807)i.
La Fenomenología del Espíritu expone, en términos generales, las etapas que recorre la conciencia, desde el conocimiento de la experiencia sensible hasta alcanzar la intimidad del espíritu y abrazar el seno del "saber absoluto". La referencia que trabajamos hoy, la dialéctica del amo y el esclavo, se incluye en el capítulo IV, apartado A, titulado: "Independencia y sujeción de laAutoconciencia; señorío y servidumbre"ii.
1. LA AUTOCONCIENCIA. EL RECONOCIMIENTO Y EL MOVIMIENTO DIALÉCTICO
Hegel dice: "La autoconciencia es en sí y para sí en tanto es en sí y para sí otra autoconciencia, sólo en cuanto se la reconoce"iii. El estado inicial de la autoconciencia es de pérdida de sí misma ya que sólo podrá acceder a saber algo de ella a través de otra autoconciencia. Por otra parte, lootro sólo puede verse como siendo ella misma. Se pone en marcha de esta forma el movimiento del reconocimiento. Durante el proceso siempre se identificarán dos extremos, a la vez diferentes e inseparables, el en sí y el para sí, la autoconciencia íntimamente entroncada con otra autoconciencia que siempre se percibe fuera de síiv.
Vemos aquí que, para Hegel, en el punto de partida, laautoconciencia de sí es inmediata, desconoce su verdad y está marcada por la negatividad. Sin embargo, también guarda potencialmente la infinitud, y aunque en un primer momento desconoce esta verdad absoluta, tiende a ella. Esta duplicidad se mantendrá constantemente en el despliegue del movimiento dialéctico, tanto interna como externamente, posibilitando la transformación de esta conciencia de sí inicial enla conciencia Absoluta. El movimiento principal será el del reconocimiento.
El reconocimiento implicará una superaciónv, que transforma la autoconciencia en otra, pero también a la otra autoconciencia en una nueva. El movimiento, por lo tanto, siempre es simultáneo, pues procede por ambos lados, de ambas autoconciencias: "Se reconocen como reconociéndose mutuamente"vi.
Para Hegel, estemovimiento es producido por un juego de fuerzasvii animado por la negatividad y marcado también por la duplicidad. Cada autoconciencia está cierta de ella misma, pero no de la otra, por lo que su propia certeza no tiene ningún valor de verdad. La otra autoconciencia no es aprehendida como una realidad inmediata, natural, tangible, sino como una opacidad, Hegel dirá: "como un objeto de pura negatividad". Seestablece entonces, entre ambas, este juego de fuerzas que es una lucha a muerte, que se despliega tanto frente al otro como internamente, por aquello que la autoconciencia tiene de otro. Toda acción de la autoconciencia está vinculada con el miedo a la muerte, por esta razón, en cuanto al hacer del otro cada cual tiende a la muerte del otro, y en cuanto al hacer por sí mismo, arriesga su propiavidaviii.
Hegel describe el yo como autoconciencia inmediataix, no tiene una consistencia firme y se produce en él una disolución. Lo conforma una autoconciencia pura y también una autoconciencia para el otro, y aquí alcanza la figura de la coseidad. Mientras no se alcance la verdad de la síntesis absoluta, estos elementos se presentan como contrapuestos y se encarnan en dos figuras: una será...
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