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PROCESO POLÍTICO-SOCIAL DE LA UNION
CENTROAMERICANA

difícil es todavía escribir un estudio bastante claro
M.
sobre el problema histórico y social de la unión centroamericana, porque las fuentes en que debemos apoyarnos y fundar
las conclusiones pertinentes carecen, por lo regular, de la imparcialidad que se requiere en tales casos. Por ser un hecho relativamente próximo a los días actuales, elproceso histórico
•de la efímera unidad del Istmo sigue prestándose a variaciones de todo género en la apreciación de los sucesos, y conviene recalcar, sin temor a las equivocaciones, que en dicho asunto
el partidarismo y los resabios localistas constituyen la remora
principal de cuantos juicios serenos y completos se emitan en
torno a su comprensión y trascendencia. .
Sin pecar de vanidosos, yateniéndonos a una realidad que
•es imposible modificar ya, trataremos de abordar tan grave problema, apuntando las causas, tal vez fatales, que originaron
la desunión centroamericana, y señalando, al final, las que,
según nuestro punto de vista, serían capaces de reconstruir la
vieja nacionalidad en su plena organización estatal.

LA UNIÓN BAJO EL IMPERIO
ESPAÑOL

Durante los tres siglos del Imperioespañol en América las
cinco Repúblicas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, más el Estado mejicano actual de Chiapas, formaron una Capitanía General subordinada al Virreinato de Nueva España. Nada hubo en ellas de particular que
las diferenciara de los otros dominios peninsulares del Conti'

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HISPÁNICO

nente. Sus leyes y costumbres siguieron el ritmo de aquellostiempos. Ni divisiones políticas ni religiosas alteraron su normalidad, al grado de que pudimos alcanzar los primeros años
del siglo XIX sin tener que relatar hechos sangrientos por
revoluciones alimentadas con el odio a las instituciones que
regían la colectividad en sus diversas manifestaciones. Y si
hubo divergencias apreciables entre sus habitantes, aclaramos
que no fueron de importancia, puesse concretaron a ciertas rivalidades locales y fútiles que, desgraciadamente, adquirieron
violencia desmedida a raíz de la independencia en 1821.
Era una realidad palpable la tranquila vida de estas regiones a pesar de los disturbios que en las postrimerías de la
dominación hispana mantenían convulso y en armas al restodel Imperio, desde Méjico hasta el Río de la Plata. Por consiguiente, no seapartó de la evidencia don José Bustamante
y Guerra, Gobernador y Capitán general de Guatemala, cuando
en circular de 13 de abril de 1811, dirigida a todas las autoridades civiles y eclesiásticas de su jurisdicción, escribió: «Placentero contraste ofrecen en Guatemala (este nombre comprende las cinco Repúblicas citadas) las tristes imágenes de otros
lugares, agitados por insanas discordias.Parabienes me doy de
haber venido a un país donde andan hermanadas la lealtad
con la sensatez, el patriotismo, que en otras partes es la hipocresía de los facciosos, con la racional subordinación, que es
el ángel tutelar de los pueblos. Así, según la expresión de
un escritor, mientras los buitres se despedazan, hay gusanos
de seda de cuyo silencio y pacífico trabajo se gozan las siguientes generaciones».En condiciones tan favorables llegó la hora de separarnos
de la Madre Patria. No sufrimos las revoluciones sangrientas
de Méjico ni libramos las batallas, no menos sangrientas, de
la América del Sur, de cuya arena se levantó la gloria de capitanes tan ilustres como Bolívar y San Martín. Por el contrario, la emancipación nuestra fue ordenada y pacífica, al grado
de que el mismo Capitán General enaquel momento, Gabino
Gaínza, siguió al frente del nuevo Gobierno independiente,
caso único en los anales americanos. El pueblo que ayer conv
batió su autoridad, ahora colocaba en sus manos una distinta,.
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pero relacionada siempre con los. destinos políticos del estado
que acababa de formarse.
La* leyenda, tan difundida por muchos escritores, sobre la
influencia de las...