Dialnet Uruguay1968 3065993
ISSN 1696-2060
URUGUAY 1968: UNA NUEVA MIRADA HISTÓRICA
CUARENTA AÑOS DESPUÉS
Ana María Buriano Castro
Instituto Mora, Mexico. E-mail: aburiano@institutomora.edu.mx
Recibido: 19 Febrero 2009 / Revisado: 24 Marzo 2009 / Aceptado: 8 Abril 2009 / Publicación Online: 15 Junio 2009
Resumen: El movimiento contestatario
latinoamericano de los 60 se inscribióen el ciclo
planetario a partir de una pluralidad de
configuraciones y motivos. Desde el muy
sangriento 68 mexicano al norte hasta el
extremo sur del continente, los movimientos
populares ganaron la escena y fueron
responsables de los intentos de transformar un
mundo que sentían periclitado. ¿El 68
latinoamericano se subió, en un movimiento
inercial, a la cresta de una ola cuyo centro estaba
fueradel continente o, fue un componente
orgánico de la misma? Convencidos tanto del
potencial dinamizador de aquellas expresiones,
como de su concurrencia con una crisis histórica
del sistema predominante, el objetivo de este
artículo es estudiar desde el presente el periodo
1968-1971pasado, en Uruguay pasado, a nivel
de relato y análisis de coyuntura, como
expresión del carácter proteico de laspropuestas
manejadas en el marco de las luchas sociales
latinoamericanas.
Palabras Clave: Pacheco Areco, Uruguay,
1968, movimiento sindical, movimiento
estudiantil, represión.
______________________
1. URUGUAY, 1968: UNA NUEVA
MIRADA HISTÓRICA CUARENTA AÑOS
DESPUÉS
A
lgunos sectores del pensamiento
francés, a izquierda y derecha, vaticinan
que este cuarenta aniversario será la
última conmemoración agran escala del 68, ya
por la enorme saturación de publicaciones
conmemorativas que difícilmente puedan ser
revisadas en una década, ya por el llamado de
Sarkozy a “liquidar la herencia del 68” y sus
funestas secuelas1.
© Historia Actual Online 2009
Salvando los diferentes contextos europeo y
latinoamericano, los vaticinios relativos a la
incapacidad
histórica
de
la
memoria
sesentayochera paracumplir sus bodas de oro
habría que considerar, con un dejo de
optimismo, las observaciones de los teóricos de
la memoria cuando establecen que sólo se olvida
definitivamente aquello del pasado que un grupo
humano aprendió pero no logró transmitir a la
posteridad. Podríamos concluir que se han hecho
esfuerzos importantes para garantizar esta
transmisión y que no han existido el “rechazo,indiferencia e indolencia” necesarios para no
recordar2. No debe pasar desapercibido que este
cuarenta aniversario del 68 cuya continuidad
memorística se ve cuestionada, se enfrenta al
desafío de hacer irrumpir el pasado más o menos
reciente en medio de las memorias bicentenarias
y centenarias, en un trienio saturado de
conmemoraciones; demasiadas y concentradas:
este año: 1808 la debacle de la monarquíahispánica, 1968 la serie de rebeliones y
acontecimientos polivalentes caracterizados
como el fin del consenso liberal para occidente3;
el próximo: 1809 la eclosión juntera en el
continente, 1939 el fin de la guerra civil
española y el inicio de la segunda guerra
mundial, 1959 el medio siglo de vida de la
revolución cubana, 1979 el triunfo de la
revolución sandinista y por último: 1810 el
inicio delmovimiento de independencia, 1910 la
revolución mexicana, como cierre de un ciclo
intensamente conmemorativo. Pese a la
saturación memorística, en la medida en que
seamos capaces de mantenerlo amplio y plural,
el espacio público será receptivo e insensible a
cualquier intento de implantación monista de la
memoria. Además, ¿qué mejor momento para
apelar a la memoria presente del 68 pasado que
elinstante actual, desde el que emprendemos la
conmemoración? Si acaso son ciertas aquellas
propuestas de los análisis sociales, como el de
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Ana María Buriano Castro
Wallerstein, que sitúan la insurgencia juvenil y
popular que expresó su disenso cultural, como el
hito señero del quiebre del sustento ideológico
liberal del capitalismo mundial4, no podríamos
encontrar una coyuntura...
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