Dialogo Entre Sartre Y Platón

Trabajo hecho a partir del Diálogo de Fedón de Platón y El Existencialismo es un Humanismo de Sartre

Café de París, mediados 1978. Entra un hombre de unos setenta y pico de edad, se sienta angustiado en una mesa apartada del lado de la ventana. Mirando a través de ella suspira y murmura “todo estará bien”.
Ese hombre era Jean-Paul Sartre. No era su mejor momento. Acababa de informar alperiódico Libération que no podría continuar con la dirección a causa de una enfermedad terminal. Se iba a morir.
Se le acerca un mozo y le ofrece una carta, la rechaza y pide una lágrima. El mozo asiente con la cabeza y se retira con la carta aún en mano.
Se oye de fondo que se abre la puerta del café, se acercan unos pasos cansados. Sartre, aún mirando por la ventana, ve por el rabillo del ojo que secorre la silla de enfrente y un hombre de anciana edad con ropas holgadas toma asiento.
Hombre- Sí, va a pasar, ¿acaso le temes?- Sartre continuó sin imputarse creyendo que ese señor estaba loco.- ¡Oye! Te habló a ti existencialista.
En ese momento Sartre voltea la cabeza y da de frente con un anciano de cabellos largos y enmarañados, de frente amplia, con un aura de sabiduría y paz al mismotiempo inexplicables. Por alguna razón ese hombre no le parecía un pirado, es más, le inspiraba anhelo a saber lo que aquel sabía.
Sartre- Disculpe no le entiendo, ¿a qué se refiere? ¿Qué es lo que va a pasar?
Hombre- ¿No es obvio? … Morirás.
Sartre- Ah mire usted, ¡qué interesante! ¿Cómo se hoza a dirigirse a mí de este modo? ¿Quién se creé que es?- Indignado, vuelve la mirada hacia la calle, aesas personas que todavía eran jóvenes y gozaban de toda su libertad. Absorto en esos pensamientos lo devuelve al café la voz del mozo.
Mozo- Aquí tiene señor, su café.- Deposita el café frente a Sartre, y mirando al anciano dice- Usted caballero, ¿desea algo?
Hombre- Un buen vino mediterráneo, pero griego de la zona de Ática.- Y por primera vez Sartre vio un destello de luz en los ojos de esehombre.
El mozo sorprendido le respondió que verá lo que puede ofrecerle y se retiró.
Ambos se ven. Sartre pensando que aquel hombre era un sacerdote griego con gustos muy refinados optó por decirle que si quería discutir acerca de sus creencias que no era el mejor día, que ya estaba cansado y viejo, pero el hombre lo interrumpió con una carcajada que remontaban a siglos atrás.
Hombre- Noviejo, no. No soy ni comunista, ni anarquista, ni católico, es más mi historia se remonta a siglos anteriores a Jesucristo. Venga, usted sabe quién soy.
Sartre, colorado de humillación empezó a atar cabo sueltos, reconoció la melena de una que vio hace muchos años, reconoció la barba de una que había sido tallada en piedra, y reconoció la frente de la sabiduría que irradiaba. Había visto esa imagenantes, en un museo griego, pero era imposible, no pertenecía a las personas que iba a ver las exposiciones. Era parte de la exposición. Esa cara pertenecía a un filósofo antiguo. Pero… ¿cómo podía ser posible?
Hombre- Así es, muy bien, soy, cómo las firmas de mis escritos, Platón.- Sartre, creyendo que era todo un engaño, no dejándose llevar por lo que decía aquel hombre, todavía no quería decidirque su interlocutor era Platón.
Sartre- Imposible, Platón murió hace como 2 milenios, vaya a tomarle el pelo a algún supersticioso.
Platón- Sí, puede ser, morí hace mucho, pero volví, recordé, viví. Volví a morir, Fui abeja, fui colibrí, fui muchas personas que te sorprenderías al saber que fui yo. Volví, pero esta vuelta fue rara, como usted ve, recuerdo quién fui, de dónde vine y a dónde voy,pero como ya alcancé las ideas, ahora me la paso de lugar en lugar, charlando con gente pensante, cómo usted mi colega.
Sartre- ¡Oh, qué servicial! Comparte su sabiduría con el resto.
Platón- Nada que ver. Yo quiero seguir cultivándome con los saberes de ahora, quiero ver los pensamientos de hoy en día, dilucidar por qué piensan de este modo u otro. No sé si me comprende.
Sartre- Creo que en...