dialogo entre un sacerdote y un moribundo
DIALOGO ENTRE UN SACERDOTE Y UN MORIBUNDO.
SACERDOTE
¿Quién puede comprender los designios inmensos e infinitos de Dios sobre el hombre, y quién puede comprender todo lo que vemos?
MORIBUNDO
Aquél que simplifica las cosas, amigo, sobre todo aquél que no multiplica las causas para no oscurecer aún más los efectos. ¿Qué necesidad tienes de una segunda dificultad cuando no puedes comprenderla primera? Y ya que es posible que la naturaleza por sí sola haya hecho lo que atribuyes a tu Dios, ¿por qué quieres adjudicarte un amo? La causa de lo que no comprendes es, quizás, la cosa más simple del mundo. Perfecciona tu física y comprenderás mejor la naturaleza: depura tu razón, desecha tus prejuicios, y ya no tendrás necesidad de tu Dios.
SACERDOTE
Entonces, ¿no tienes la más mínimacreencia en Dios?
MORIBUNDO
No. Y ello por una razón bien simple: que es perfectamente imposible creer lo que no se comprende. Entre la comprensión y la fe deben existir vínculos estrechos, la comprensión es el primer alimento de la fe: donde no hay comprensión, la fe está muerta. Y los que en ese caso pretendieron poseerla, se engañan. No te creo capaz de creer en el Dios que predicas, porque nosabrías demostrármelo, porque no está en ti definírmelo, y en consecuencia no lo comprendes. Y como no lo comprendes no puedes proporcionarme ningún argumento razonable en su favor. En una palabra, todo lo que está por encima de los límites del espíritu humano es o quimera o inutilidad; y no pudiendo ser tu dios sino una u otra de estas cosas, en el primero de los casos sería yo un loco de creeren él, un imbécil en el segundo.
En consecuencia, no me has prestado ningún servicio con la edificación de tu quimera, has turbado mi espíritu, pero no me has aclarado nada, y, en lugar de reconocimiento, sólo te debo rencor. Tu Dios es una máquina que has fabricado para servir a tus pasiones, y la haces funcionar a voluntad. Pero desde el momento en que esa máquina perturba mis pasiones, debesencontrar normal que la haya derribado. Y justamente cuando mi alma débil tiene necesidad de calma y de filosofía, no vengas a espantarla con tus sofismas, que la asustarían sin convencerla y la irritarían sin mejorarla. Amigo mío, mi alma es lo que ha querido la naturaleza que sea, es decir, el producto de órganos que ella se ha complacido en brindarme, conforme a sus designios y necesidades: ycomo tiene idéntica necesidad de vicios y virtudes, cuando ha deseado llevarme hacia los primeros, lo he hecho, cuando ha querido las segundas, me ha inspirado los deseos consiguientes, y me he entregado a ellas sin reparos. En esas leyes de la naturaleza, que responden sólo a sus deseos y a sus necesidades, debes buscar la causa única de la inconsecuencia humana.
SACERDOTE
Conforme a esto, meparece superfluo hablarte de religión.
MORIBUNDO
¿Por qué no? Nada me divierte tanto como el exceso a que los hombres han podido llegar en materia de religión; el fanatismo y la imbecilidad son extravíos tan prodigiosos que su espectáculo, desde mi punto de vista, pese a ser horroroso es siempre interesante. Responde ahora con franqueza y sobre todo desecha tu egoísmo. Si fuera yo losuficientemente débil como para dejarme sorprender por tus ridículos sistemas sobre la existencia fabulosa del ser que hace necesaria la religión, ¿bajo qué forma me aconsejarías que le rindiera culto? ¿Preferirías que adoptase los ensueños de Confucio antes que las extravagancias de Brahma? ¿Debo adorar a la gran serpiente de los negros, al astro de los peruanos o el Dios de los ejércitos de Moisés? ¿A cuálde las sectas de Mahoma quisieras que me convirtiese? ¿O cuál de las herejías cristianas sería preferible para ti?
SACERDOTE
Pero a pesar de todo, tienes que admitir alguna cosa después de esta vida; es imposible que tu espíritu no haya intentado alguna vez atravesar las tinieblas del destino que nos aguarda. ¿Y qué sistema puede haberlo satisfecho mejor que aquél que reserva una multitud de...
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