DIÁLOGO SOBRE MÚSICA LA REPÚBLICA PLATÓN Si comprendo bien tu pensamiento, hay una manera de expresarse y relatar de qué se sirve todo hombre de bien cuando tiene algo que decir, y otra del todo diferente de ella que emplea siempre en sus relatos, aquellos que por su naturaleza y educación es lo contrario del hombre de bien. - ¿Cuáles son estas dos maneras? -preguntó. - Creo -respondí- que unhombre de bien, cuando las circunstancias lo llevan a relatar lo que ha dicho o hecho otro hombre de bien, consentirá en ello de buena gana y no se avergonzará de imitarlo, sobre todo si se trata de alguien que obra irreprochable y cuerdamente; en cambio, lo hará menos a gusto si el personaje sufre los efectos de la enfermedad, el amor, la embriaguez, o se encuentra en cualquier otra situacióndesdichada. Pero si las circunstancias lo llevan a imitar a un hombre inferior a él, nunca lo hará seriamente, sino muy de pasada, y siempre que el personaje en cuestión realice alguna acción digna; más aún, sentirá vergüenza, no solo porque no está acostumbrado a imitar a esa clase de gente, sino porque le repugna tomar por modelos a quienes valen menos que él. En el fondo, desdeña imitarlos y sólo lohace como un mero pasatiempo. - Es natural -dijo. - Por lo tanto, hará un relato semejante al que hablábamos hace un momento a propósito de los versos de Homero y su estilo será en parte imitativo y en parte simple. Pero mucho menos imitativo que simple. ¿Es acertado lo que digo? - Por cierto -respondió-, tal debe ser la manera de expresarse de un narrador como ése. - Y bien -proseguí-, unnarrador de carácter opuesto, cuanto más ordinario sea, más dispuesto estará a referirlo todo y no considerar nada indigno de sí, de forma que imitará seriamente y en presencia del público los ruidos que antes señalábamos: el del trueno, del viento, del granizo, de los ejes y poleas, el son de las trompetas, las flautas, las siringas y de toda clase de instrumentos y hasta el aullar de los perros, elbalar de los corderos y el canto de los pájaros. Imitará voces y gestos, reduciendo al mínimo la parte narrativa. - Por fueras -dijo- también ha de ser así. - Tales son -proseguí- los dos estilos de que hablaba. - En efecto -contestó. - El primero comporta muy pocas variaciones, y una vez que se ha encontrado el ritmo y la armonía que le son propios, no queda, para expresarse bien, sino atenerse aésta, pues apenas admite cambios, y también el ritmo es más o menos igual. - Ciertamente -dijo. - Pero la segunda especie exige todo lo contrario. ¿No le son acaso necesarios todos los ritmos y armonías para expresarse justamente, puesto que son tantas sus variaciones? - Desde luego -contestó. - Pues bien, ¿no emplean todos los poetas y narradores ya el primer estilo, ya el segundo, o un tercero quees mezcla de los dos? - Necesariamente -dijo. - ¿Qué haremos, pues, en la ciudad? -pregunté-. ¿Hemos de admitirlos todos, o uno u otro exclusivamente, o la mezcla de los dos, - Si ha de prevalecer mi criterio -contestó-, aceptaremos la narración simple, propia del hombre de bien.
- Sin embargo, Adimanto, la forma mixta de narración puede ser muy agradable. Y el más agradable de todos, según elcriterio de los niños, los preceptores y la mayor parte de la gente, es precisamente el tipo opuesto al que tú eliges. - En efecto, es el que más agrada. - Acaso pudieras alegar -proseguí- que no se adapta a la organización de nuestra ciudad, ya que no hay entre nosotros ningún hombre con una doble o múltiple ocupación, pues cada uno se dedica a una sola cosa. - En efecto, no se adapta a nuestraciudad. - ¿Y no es por ello por lo que nuestra ciudad es la única en que el zapatero sea exclusivamente zapatero, y no piloto al mismo tiempo que zapatero, y el labrador, labrador, y no juez al mismo tiempo que labrador, y el soldado, soldado, y no comerciante al mismo tiempo que soldado, y así todos los demás? - Es verdad -dijo. - De suerte que si un hombre capaz de adoptar todas las formas de...
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