DIALOGO
1. Fundamentos del diálogo.
¿Por qué dialogar? Al hacernos esta pregunta no buscamos las razones para el diálogo, sino los fundamentos del
mismo; es decir, qué es lo que entre los humanos hace posible el diálogo. Quizás este acercamiento nos permita
contemplarlo como una realidad no ajena ni extraña a nuestra urdimbre natural más profunda, y nos ayude a proyectarla
en nuestra accióneducativa.
El diálogo se ha visto, casi siempre, desde una concepción pragmática. Se ha pensado en él como medio para la
consecución de unos resultados: económicos, políticos, religiosos, sociales, etc., y nada tenemos que decir en contra de
ellos. Al contrario, los consideramos objetivos muy nobles en sí mismos. Pero consideramos que hay algo más radical,
más humano que fundamenta y justificael diálogo, por encima de consideraciones procedimentales y pragmáticas,
claramente limitadas en su eficacia referidas al ámbito educativo.
El diálogo no asegura -escribe el profesor Puig (1993:12)-, la resolución acertada de los problemas morales, ni tampoco
asegura que se vaya a llegar a un consenso racional que permita la adopción por acuerdo de soluciones. Tampoco
entendemos que elconsenso a que atiende el diálogo sea siempre la situación más deseable. El disenso, la disputa, la
controversia y el conflicto parecen condiciones ineludibles de la conducta, y la reflexión moral. Proponemos el diálogo
como valor en sí mismo, sin negar su carácter pragmático, como algo enraizado en la naturaleza misma del hombre en
tanto estructura abierta, no aislada, encerrada en sí mismo, Así,dialogar es ejercer de persona, y la educación para el
diálogo es preparación para la autorrealización personal.
El fundamento del diálogo se encuentra en la naturaleza misma del hombre. La persona, dice Mounier, se nos aparece
como una presencia dirigida hacia el mundo y las otras personas. Ella no existe sino hacia los otros, no se conoce sino
por los otros, no se encuentra sino en los otros.La experiencia primitiva de la persona es la experiencia de la segunda
persona (Mounier, 1972:20).
Para Ortega y Gasset (1973), el estar abierto al otro, a los otros, es un estado permanente y constitutivo del hombre, no
una acción determinada respecto a ellos. Pero para que se dé la convivencia y el diálogo no basta con la presencia del
otro, la apertura al otro. Se hace necesaria lareciprocidad. Es M. Buber (1979) quien afirma con más radicalidad el
carácter dialógico de la persona. Su tesis central es el rechazo de la reducción del hombre a una sola dimensión, esto es,
a la relación con las cosas (Ich-Es). Para Buber el hombre sólo se entiende en su relación con los demás.
Para él sólo esta relación del "yo" con el "tú", la esfera del "entre" como protocategoría de la realidadhumana, es el punto
de partida para una comprensión de la persona, para el reconocimiento de la esencia peculiar del hombre. La verdadera
realidad, el verdadero ser no es la subjetividad, sino el encuentro entre las personas: lo intersubjetivo que se constituye
entre el yo y el tú. "El hecho fundamental de la existencia humana es el hombre con el hombre. Lo que singulariza al
mundo humano es,por encima de todo, que en él ocurre entre ser y ser "algo" que no encuentra par en ningún otro
rincón de la naturaleza.
El lenguaje no es más que su signo y su medio; toda la obra espiritual ha sido provocada por ese "algo". Es lo que hace
del hombre un hombre" (M. Buber, 1979: 146-147). Y es en esta relación dialógica, en el estar dos en recíproca
presencia, en el encuentro del uno con elotro lo que constituye al ser humano como persona.
Desde las ciencias positivas ha emergido una visión dinámica de la naturaleza humana que la concibe como un
organismo plástico en el que se conjuntan de manera dinámica y funcional una dimensión biológica y otra cultural. Esta
visión dinámica de la naturaleza humana no se entiende si se prescinde de su carácter relacional. Para Smolin (1996:...
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