Dialogos Con El Diablo
DIÁLOGOS CON EL DIABLO
TAYLOR CALDWELL
editorial grijalbo, s. a. de c. v.
MÉXICO, D. F. BARCELONA BUENOS AIRES
DIÁLOGOS CON EL DIABLO Titulo original en ingles: Dialogues with the Devil. TRADUCCIÓN: Beatriz Romero, de la edición de Fawcett World Library, Nueva York, 1968 1967, Reback and Reback. D. R. 1990 por EDITORIAL GRIJALBO, S. A. de C. V. Calz. San Bartolo Naucalpan Num. 282 Miguel Hidalgo, México D. F. Este libro no puede ser reproducido, total o parcialmente, sin autorización escrita del editor. ISBN XXXXXXXXXX IMPRESO EN MÉXICO.
Para Adeline Barker, quien titulo esta obra, y LeBaron Barker, mi paciente edi tor, con afecto.
Prólogo
Este no es un libro de teología, aun cuando se adhiera a las tradiciones judeocristianas y a las Sagradas Escrituras, así como a las antiguas narraciones, tradiciones y religiones modernas. Se inicio con un estilo sencillo para que Lucifer presentara su caso en la corte, pero luego dejó de ser sencillo y se volvió definitivamente sombrío y siniestro, cuando Lucifer expone su caso contra la humanidad y el problema y misterio del Bien y del Mal. Si yo fuera supersticiosa, lo que de hecho soy, por supuesto, debiera explicar que a mitad del libro conviven dos estilos diferentes, no se porque. ¡Ciertamente los pensamientos del libro no son los mios! De acuerdo con la tradición judeocristiana, Luciel, el ángel de Luz, se llama Lucifer. Los antiguos persas le llamaban Ariman, los egipcios Apap, los antiguos teutones Loki; era Tiamet para los babilonios, Siva en la antigua y la nueva religión hindú (o Manyu, “ira”), Belzebu para los caldeos y Pluto el dios del Averno de los griegos y romanos. En todas las tradiciones cayó del Cielo a causa del pecado de la soberbia, la desobediencia y la rebeldía, y se volvió el esclavo y amo de los hombres, incitándolos a la muerte eterna y a la perdición. Tiene tantos nombres como Dios en las religiones muertas y vivas, pero al igual que dios su naturaleza y sus objetivos nunca cambian. En todas las tradiciones la idea de la redención final de lucifer es una constante, aunque en la teología 9cristiana esta tradición fue considerada herejía en el siglo V d. c. Sin embargo, persiste. Las tradiciones antiguas contemplan la posibilidad de un eventual arrepentimiento del espíritu del mal y su reconciliación con Dios. ¿Quién lo puede asegurar? En el libro de Job, Lucifer se presenta siempre a sí mismo ante el Señor como “uno de los hijos de dios ”, y sugiere que no es enemigo de Dios sino del hombre, y que es el fiscal del hombre ante Dios, el testigo de su crimen, el denunciante que exige el castigo extremo de la muerte eterna por la blasfemia de la existencia del hombre. La escasa imaginación del hombre lo ha representado en apariciones horripilantes, algunas absurdas e insípidas, con cuernos y pezuñas, y sin embargo fue el mas grande, poderoso y resplandeciente de los arcángeles, y sigue siendo un arcángel. Para denigrarlo como figura ridícula se el considera feo y mezquino, es equívoco y le hace mal a Dios, que no puede crear nada feo –sólo el hombre lo puede hacer, y en esta degradación de Lucifer existe un grave peligro. El Mal no se debe degradar, ni la angustia del Mal. Lucifer, según se asienta en la Santa Biblia, es Príncipe de este Mundo y ciertamente no puede ser tan horrendo como los demás príncipes auto proclamados que hemos visto en este siglo y en los siglos pasados. Su poder es tan solo un poco menor que el poder del Todopoderoso y su única vía de expresión es el hombre. Yo he descubierto que el hombre siempre se ha fascinado con la idea de Lucifer, tal vez porque el mal invariablemente resulta más ...
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