Diario De Campo En Melanesia

Bronislaw

Malinowski

Iflcón:odo con personas respetables,
sobre todo si son mujeres.
N? tI~ne el me~or deseo de dejar Nueva Guinea. (b) De color.
Dirndim (Owani), moderno Orestes, mató a su propia madre en
u~ acceso de amok », Nervioso, impaciente,
bastante inteligente.
Vida. con De Moleyns totalmente incivilizada, sin afeitar, siempre
en pijama, y rodeado de porquería, en una casasin paredes tres
v~r~ndas separadas por biombos, y le gusta. Mucho mejo; que
VIVir en la Casa Misional. Más llevadero. Tener una multitud de
muchachos para servirte no deja de ser placentero.

Kwarou. 29-11-1914. Sigue pesando en mí una bruma mental
bastante prolongada. Domingo 15-11, me levanté más bi&n' tarde
~ me. puse a hacer cosas. Quería trabajar sobre mis notas. Lo
intente, pero nopude. Mi cabeza no responde. Hacia las 11, SaviIle (d~sagradable impresión). Me sentía fatal y no pude trabajar.
harlé con D. D. Tras la cena empecé a sentirme bastante mal'
me fui a la cama. A las cinco no me sentí con ganas de acercarrne
a casa de los Saville: me tumbé en la litera junto a los sacos
de algodón y de beche-de-mer [hcloturias].
Me sentí enfermo, aislado, y desamparado.
Melevanté y envuelto en una manta me
ente al borde del mar sobre un tronco. Cielo lechoso, lóbrego,
c?mo relleno de un sucio fluido, la rosácea franja del ocaso expandiéndose gradualmente,
hasta cubrir el mar con una móvil cubierta
de metal rosado, encerrando por un momento al mundo entero
en un extraño sortilegio de imaginaria
belleza. Las olas vienen
ti romper contra la gravilla
de la playa amis pies. Un anochecer
olitario Apenas pude tocar una cena estupenda.
Lunes por la mañana: mar hermosamenre
inquieto. Me tumbé
y no pude ver nada del hermoso paisaje que se extiende entre
MO!:l.ubo y Mailu. En casa me senté a leer los periódicos; cansado,
abatido, con temor a una larga incapacitación:
la cabeza totalmente anémica. D. D. se fue ames de la comida. Martes 17. S. se
fue por lamañana. Intenté -pero
no con mucho ánimomirar
mi' notas. Leí a. Kipling, relatos. Período de abatimiento, sin esperanzus de trabajo, lo que me trae a la memoria el verano pasado
n In~lalerra. Debo haberme sentido muy mal. Llegué a hacerme
I la Idea de no proseguir
mi trabajo. Me sentía satisfecho con

Diario de campo

65

el nuevo plan de ir hacia el sur. Intenté ahogar mi abatimientoleyendo relatos. Lo más probable, es que el mareo combinado
con un frío cogido en Mogubo esté arruinando mi salud. El miércoles 17 (18), intenté acercarme al poblado a trabajar un poco,
pero con mucha cautela y sin confiar demasiado en mis fuerzas.
Por la noche me puse a leer a Kipling. Un magnífico artista (naturalmente si no se lo compara con Conrad) y un admirable tipo.
A través de susnovelas la India empieza a atraerme. El jueves
me sentí mejor y empecé a hacer algunos ejercicios gimnásticos,
por la noche síntomas de insomnio, y una inquietud nerviosa en
todo mi cuerpo. Empecé a sentirme incomparablemente
mejor, especialmente un día que tomé quinina (¿el viernes"). Luego, de
nuevo otro día de inactividad.
Principales intereses de mi vida:
Kipling, y en ocasiones fuerteañoranza de mi madre, en realidad,'
si pudiera mantenerrne en contacto con mi madre no me inportaría
ya nada, y mis depresiones anírnicas carecerían de fundamento.
En general, empecé a sentirme menos desesperanzado,
aunque en
modo alguno bien. La última vez que me puse una inyección d
arsénico fue el 18, es decir, hace unos doce días. i Demasiad
tiempo de interrupción!
Durante todo este tiempohe estado b J
el hechizo de Kim, una interesantísima
novela, que da un mont
de información
sobre la India. Durante la ausencia de Sav 11
....•la convivencia con la Sra. Saville no mala del todo. Ella es m
- más vital. Hablé varias veces con ella de cuestiones etnolé
,Y en una ocasión incluso me interpretó
[el Yenama]. Savill 11
-~r-el lunes 23 (?), yes [s.í).f(La partida hacia...